Cuando los italianos Nicola Toso y Nicoletta Zuin pusieron fin a su relación en 2002, el juez decretó que Nicola pagase cada mes a su exmujer una pensión de unos 300 euros para mantener a la hija de ambos.
Todo iba bien hasta que la crisis llevó a Nicola a ofrecer a su exmujer pagarle la pensión con comida de su pizzería. Esta rechazó la idea y le denunció en 2010 por falta de pago de la manutención.
Seis años después, el Tribunal de Padua ha sentenciado que el padre tiene derecho a pagar la pensión de su hija con comida si su salario no le alcanza para hacerlo en metálico.
La abogada de Toso afirmó en el juicio que su cliente nunca desatendió sus obligaciones. No faltaba a las visitas establecidas y ayudó a su hija en todo lo que pudo. Nicola Toso, después de su divorció, se volvió a casar y tuvo tres nuevos hijos, pero su primogénita siguió recibiendo su atención.