El presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, elevó hoy el tono de sus críticas a la Unión Europea (UE) al calificar de nuevo a los miembros de esa institución de «hijos de puta» y a sus parlamentarios como «mierda» por censurar la polémica campaña antidroga en el país asiático.
«Yo voy de cara en el problema de las drogas, UE, hijos de puta», dijo el mandatario en un discurso frente a miembros de la coalición de concejales filipinos y a funcionarios que acababan de jurar el cargo en el palacio presidencial de Malacañán, en Manila.
En referencia a los miembros del Parlamento Europeo, Duterte pidió a los asistentes que «si os preguntan cómo les describiría, solo decidles (a los parlamentarios) que el alcalde ha dicho que sois una jodida mierda».
A mediados de marzo, el Parlamento Europeo aprobó una resolución para condenar y pedir el cese de la «guerra contra las drogas» que lidera Duterte y que ha dejado más de 7.000 muertos desde que empezó, el 30 de junio, el día de la investidura.
«No impongáis vuestros valores y todo eso porque os odiamos por ser hipócritas. Sois la incongruencia de los tiempos», afirmó el presidente filipino en referencia a la UE.
El gobernante asiático argumentó que Europa ha logrado sus avances económicos «conquistando Indonesia, Malasia, Filipinas, llevándose lo mejor de nuestras tierras» e invitó al viejo continente a no dar lecciones de «moralidad» a países o Gobiernos con realidades distintas al otro lado del planeta.
El mandatario, conocido por sus excesos verbales, llamó «locos» a los miembros del Parlamento Europeo la semana pasada, lo que causó que Bruselas llamara a consultas al embajador filipino.
Curiosamente, los nuevos exabruptos de Duterte llegan solo horas después de que su canciller, Enrique Manalo, reafirmara su deseo de estrechar los lazos con la UE en un intento de calmar los ánimos.
En su discurso, el líder de 72 años también dirigió su famoso calificativo «putang ina» ("hijo de puta" en tagalo) al expresidente Barack Obama (a quien ha insultado en otras ocasiones) y a medios de comunicación locales que han criticado su «guerra contra las drogas».
Esta polémica campaña se reanudó a principios de marzo tras un mes de suspensión para «limpiar» de corrupción la Policía, y desde entonces han muerto varias decenas de presuntos traficantes y toxicómanos en enfrentamientos con los agentes.