Cientos de personas atacaron este jueves una comisaria en el suroeste de Pakistán para que les fuera entregado un hombre de la minoría hindú encarcelado por supuestamente cometer blasfemia en un mensaje en Whatsapp, un suceso en el que resultaron heridos tres policías y fueron arrestados veintidós atacantes.
«La turba quería que le entregásemos a Parakash Kumar, detenido un día antes por blasfemia», dijo Atta Ullah, jefe de Policía de la localidad de Hub, en la provincia de Baluchistán, donde ocurrieron los hechos.
«Le mataremos y así le daremos su merecido, gritaba la multitud», afirmó Ullah.
El portavoz de la Policía de la zona, Abdul Samad, indicó que como resultado del enfrentamiento, que se prolongó durante horas, tres policías resultaron heridos leves y veintidós personas fueron detenidas.
Los atacantes trataron de entrar a la fuerza en el recinto policial, lanzaron piedras y dispararon con armas de fuego a las fuerzas de seguridad.
Ante esta situación, las autoridades pidieron refuerzos y el despliegue de un centenar de agentes puso fin al disturbio.
Kumar fue arrestado el miércoles tras ser denunciado por mandar una foto de la tumba del profeta del islam en la que aparecía un hombre con zapatos a un grupo de Whatsapp con 88 miembros, algo que los denunciantes consideraron una afrenta, debido a que es tradicional descalzarse en el interior de las mezquitas.
Tras la denuncia, Kumar, perteneciente a la minoría hindú, fue arrestado y encarcelado a la espera de ser presentado ante un juez.
La blasfemia es una controvertida y peligrosa cuestión en Pakistán después del endurecimiento de las leyes coloniales británicas en los años 80 que establecieron penas de muerte por este delito, aunque nadie ha sido ejecutado por ello.
Grupos de derechos humanos denuncian que esta ley se usa como arma contra las minorías religiosas del país para resolver asuntos personales o en busca de beneficios.
Al menos 53 personas relacionadas con casos de blasfemia, entre ellas acusados liberados por tribunales, abogados defensores o familiares de los supuestos blasfemos, han sido asesinados por turbas.
El mes pasado una multitud linchó a un estudiante de periodismo de 23 años en una universidad del noroeste del país por supuestamente cometer blasfemia en las redes sociales.