Los manifestantes antigubernamentales se han enfrentado a la Policía a primera hora de este jueves para denunciar el uso de fuego real por parte de los agentes durante las protestas, en las que dos personas resultaron heridas de gravedad, una de ellas por un disparo efectuado por un miembro de las fuerzas de seguridad.
Los activistas han salido a los distritos de la ciudad gobernada por China hasta altas horas de la noche, lanzando cócteles molotov, bloqueando carreteras y destrozando algunas tiendas y estaciones de metro mientras la Policía usaba gases lacrimógenos para dispersarles.
«Dondequiera que haya protestas cerca, iré. Estoy fuera esta noche por una simple razón. No disparas contra un adolescente a quemarropa», ha afirmado Alex Chan, diseñador de interiores, en una protesta en el distrito comercial de Causeway Bay. «Estas protestas continuarán y no nos rendiremos», ha aseverado.
La Policía ha instado al Gobierno ha imponer un toque de queda para ayudar a frenar el aumento de la violencia en Hong Kong, donde los agentes se han convertido en el objetivo de los manifestantes en medio de las acusaciones de fuerza excesiva.
«Cuando nos enfrentamos a una serie de incidentes de disturbios masivos, no podemos trabajar solos, sin las medidas apropiadas y el apoyo del nivel superior», ha indicado el presidente de la Asociación de Agentes de Policía Junior, Lam Chi Wai, quien ha instado a imponer un toque de queda, según un comunicado publicado este miércoles.
Miles de personas salieron a las calles el miércoles para denunciar el disparo contra un estudiante de 18 años, que según la Policía fue un acto de autodefensa porque la vida del agente se vio amenazada.
El estudiante recibió un disparo mientras se enfrentaba al agente con un tubo de metal durante las violentas protestas del martes, cuando los manifestantes lanzaron cócteles molotov a la Policía, que respondió con gases lacrimógenos, balas de goma y cañones de agua.
El sistema de metro MTR ha cerrado estaciones en varios distritos, incluidos Po Lam, Hang Hay y Tseung Kwan O, justo antes de la medianoche del miércoles, después de que la violencia se intensificara de nuevo.
La Policía ha señalado este jueves que los actos de los manifestantes «socavaron gravemente el orden público y representaron una amenaza para la seguridad personal de los agentes de Policía y miembros del público».
CRÍTICAS INTERNACIONALES
La actuación policial durante estos últimos meses de protestas ha recibido críticas por parte de organizaciones defensoras de los Derechos Humanos, en contra del criterio de las autoridades locales y de Pekín, que sostienen que los agentes se han limitado a responder de forma contenida a los desafíos planteados por los manifestantes.
El ministro de Exteriores británico, Dominic Raab, ha sido contundente en su valoración de los últimos acontecimientos y ha apuntado en un comunicado que, «aunque no hay excusa para la violencia, el uso de munición real es desproporcionado y solo sirve para inflamar la situación».
Este «incidente», ha añadido, «subraya la necesidad de que haya un diálogo constructivo para resolver las preocupaciones legítimas de la población de Hong Kong». «Necesitamos que haya contención y una reducción de las tensiones tanto por parte de los manifestantes como de las autoridades de Hong Kong», ha afirmado.
El responsable de Amnistía Internacional en Hong Kong, Man Kei Tam, ha considerado «alarmante» el disparo contra un manifestante, por lo que ha reclamado a las autoridades una investigación «rápida y efectiva» de lo ocurrido. En este sentido, ha recordado que «la Policía solo debería usar la fuerza letal en respuesta a una amenaza inminente» y «solo como último recurso».