El primer ministro británico, Boris Johnson, avanzó este martes que en las próximas dos semanas aclarará sus planes sobre la prohibición para viajar al extranjero por motivos no esenciales, que por ahora se mantiene para todos los residentes en el Reino Unido. En Baleares, con una Semana Santa sin viajeros y turistas británicos, las miras están puestas ahora en el inicio de la temporada de verano.
Las restricciones vigentes en Inglaterra contra la pandemia establecen, en todo caso, que abandonar el Reino Unido por turismo u otros motivos no esenciales estará prohibido como mínimo hasta el 17 de mayo.
El Gobierno prevé multar a partir del próximo lunes con 5.000 libras (5.800 euros) a todos aquellos que traten de saltarse esa norma.
«Hemos escuchado ya que hay otros países europeos en los que la enfermedad (covid-19) se está extendiendo, así que las cosas se presentan ciertamente difíciles en este momento», advirtió en una rueda de prensa el jefe de Gobierno, que detalló que antes del 5 de abril habrá aportado más claridad sobre su hoja de ruta en el terreno de los viajes.
Pocos días después de esa fecha, se espera además que el Ejecutivo publique las conclusiones de un grupo de expertos sobre el posible impacto de los viajes internacionales en la importación de variantes del coronavirus y su eventual efecto sobre la eficacia de las vacunas.
Medios británicos han revelado que el Gobierno contempla la posibilidad de establecer un sistema para categorizar a los países como «rojo», «amarillo» o «verde», en función de su nivel de contagios, desarrollo de sus programas de vacunación y detección de variantes del virus.
Esas etiquetas pueden servir para imponer medidas más o menos estrictas a las conexiones internacionales entre esos países y las islas británicas.