El ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, pidió ayer a los grupos políticos «menos críticas y más aportaciones» al debate sobre la reforma del sistema de pensiones, y remarcó que la propuesta del Gobierno es un punto de partida para la búsqueda de un acuerdo en la Comisión del Pacto de Toledo. Corbacho, quien ayer participó junto a la secretaria de Organización del PSOE, Leire Pajín, en un encuentro con el grupo federal de Mayores del PSOE para analizar la propuesta del Ejecutivo, insistió en que «el debate se inicia ahora» y no es necesario llegar a un acuerdo «en tres meses» porque «el tiempo no acucia».
El ministro remarcó que las cuentas de la Seguridad Social son «magníficas» y gozan de una «salud de hierro», como a su juicio demuestra que el año pasado tuvieran un superávit de 8.500 millones de euros y que el fondo de reserva supere ya los 60.000 millones. No obstante, insistió en la necesidad de abrir el debate para garantizar las pensiones en el futuro, ante el envejecimiento de la población y la previsión de un aumento del número de pensionistas, y advirtió de que el mayor recorte social sería que un pensionista en 2025 tuviera que cobrar la mitad porque no hubiera suficientes recursos.
Corbacho señaló que el Ejecutivo mantiene su «espíritu de acuerdo» y precisó que la propuesta del Gobierno tiene el objetivo de «orientar el debate» en el seno de la Comisión de seguimiento del Pacto de Toledo. El ministro hizo hincapié en que el Ejecutivo de Rodríguez Zapatero «no va a recortar derechos» y criticó la propuesta del PP de rebajar «sin más» las cotizaciones a la Seguridad Social en dos puntos, cuando en los últimos treinta años sólo han bajado un punto, y a cambio de una contraprestación por parte de los empresarios, que asumieran el coste de las bajas desde el cuarto al decimoquinto día, ha recordado.
En su opinión, el PP hace este tipo de propuestas porque «parten de la base de que una parte» de sus votantes «no tendrá problemas» porque contarán con un plan privado de jubilación. Cuando el PP gobernó las pensiones subieron «raquíticamente, y en algunos casos la congelación fue su seña de identidad. En cambio -continuó-, en los últimos años de Gobierno socialista las pensiones han subido por encima de la inflación, y en especial las mínimas».