Una marea humana inundó ayer el centro de Barcelona para expresar el clamor de los catalanes en contra de la sentencia del Tribunal Constitucional (TC) sobre el Estatut, en una de las manifestaciones más multitudinarias que se recuerdan en Catalunya, según los organizadores y la Guardia Urbana.
La manifestación congregó a un millón cien mil personas, según la Guardia Urbana, una cifra que la entidad organizadora, Òmnium Cultural, eleva a un millón y medio.
Organizadores y partidos coincidieron en comparar la manifestación con la vivida en la Transición (1977), también con un millón de personas, aunque si entonces se coreaba 'Llibertat, Amnistía, Estatut d'Autonomia', ayer los cánticos y las banderas fueron de marcado signo independentista.
A la cabeza
La protesta arrancó lentamente pasadas las seis, encabezada por una 'senyera' de 250 metros cuadrados portada por ciudadanos y liderada por Montilla; el presidente del Parlament, Ernest Benach, y los ex presidentes Jordi Pujol, Pasqual Maragall, Joan Rigol y Heribert Barrera, este último, nonagenario, ayudado por una muleta.
Detrás de las máximas autoridades institucionales, los líderes políticos portaban la pancarta con el lema de la manifestación: «Som una nació. Nosaltres decidim».
Allí estaban, entre otros, el líder de CiU, Artur Mas; el presidente de ERC, Joan Puigcercós, y el secretario general de ICV, Joan Herrera. El PPC y Ciutadans están de acuerdo con la sentencia del TC y rechazaron la protesta. No estuvieron presentes los ministros catalanes, los socialistas Carme Chacón y Celestino Corbacho.
Pasadas las ocho de la tarde, pese a que la cabecera institucional sólo había llegado hasta la confluencia entre el paseo de Gracia y la Gran Vía, los organizadores pusieron el colofón a la protesta con la interpretación del cántico de Els Segadors -el himno de Catalunya- a cargo del Orfeó Catala, tras el cual se escucharon gritos de «independencia» entre la multitud.