El presidente de la Generalitat de Catalunya, José Montilla, tuvo que salir protegido ayer por un cordón de seguridad al acabar la manifestación de Barcelona en contra de la sentencia del Estatut, en un ambiente de tensión, silbidos e insultos, que llegó incluso a un aparente intento de agresión por parte de un manifestante exaltado.
Esta escena contrastó con el ambiente vivido durante toda la manifestación, que transcurrió en un ambiente de normalidad y civismo.
Sólo se pudo apreciar, además del incidente de Montilla, cómo un manifestante y el secretario general de CiU, Josep Antoni Duran i Lleida, se encararon unos segundos, sin más consecuencias.
Montilla dejó la manifestación cuando ésta se dio por finalizada, sobre las 20 horas, y en ese momento una veintena de guardaespaldas y miembros de la organización de la protesta protegieron su salida entre silbidos, abucheos y gritos de «españolista», «botifler» (traidor) y «charnego».
El cordón de seguridad llevó a Montilla hasta las oficinas del departamento de Justicia, en la confluencia de Pau Claris con la calle Casp, en donde se refugió durante unos minutos, antes de salir a bordo de un vehículo.
Contraste
Por el contrario, el ex presidente de la Generalitat Jordi Pujol salió de la manifestación al disolverse la cabecera rodeado de unas 80 personas que gritaban 'President'.
El y su mujer, Marta Ferrusola, se subieron al coche en la confluencia de las calles Casp y Claris, de donde minutos antes había salido Montilla.
Pujol se fotografió justo antes con un grupo de jóvenes excursionistas y comentó con ellos la manifestación.