El sindicato de controladores USCA solicitará mañana una reunión con el ministro de Fomento, José Blanco, para intentar dar «un empujón» a las negociaciones que mantiene con AENA sobre el convenio colectivo que continuarán esta noche y mañana. En un receso de la reunión que mantienen desde este mediodía las dos partes, uno de los portavoces de USCA, César Cabo, se quejó hoy de la tardanza de AENA en responder a sus propuestas. Por ello, y en paralelo a las negociaciones, los controladores acudirán mañana al Ministerio de Fomento a solicitar una reunión con su titular en un intento de acelerar el proceso.
Los controladores aéreos están dispuestos a cerrar el acuerdo con AENA «hoy mismo» si fuera posible, indicó a EFE el portavoz de la Unión Sindical de Controladores Aéreos (USCA), Daniel Zamit, quien destacó que ayer ya se habían logrado «algunos avances» en la negociación. Zamit añadió que si es necesario seguir negociando se mantendrán reuniones este fin de semana, porque «lo que queremos es que se solucione el problema que tenemos y que no sea preciso convocar una huelga que a nadie gusta». Los representantes de USCA y de Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (AENA), han retomado al mediodía las conversaciones por el nuevo convenio colectivo para analizar los 12 puntos que los controladores han presentado en la mesa negociadora.
Los controladores integrantes de la Unión Sindical de Controladores Aéreos (USCA), aprobaron masivamente, con el respaldo del 98,25% de los trabajadores que acudieron a votar, dar un mandato a la Junta Directiva para que pudiese convocar huelga. No obstante, tanto desde AENA como desde USCA se han mantenido las negociaciones abiertas para evitar una huelga, que según el secretario de Comunicación del sindicato, César Cabo, «nadie quiere realizar».
La oferta de AENA
Durante la tarde de ayer, representantes de ambas partes se reunieron para intentar desbloquear las negociaciones del segundo convenio colectivo. AENA ha ofrecido a los representantes del colectivo de controladores una retribución anual media hasta 2013, de 200.000 euros, cantidad que condiciona a que el servicio se desarrolle con «plena normalidad».
Además de la salarial, se han puesto encima de la mesa otras dos ofertas dos que, «según los representantes sindicales, impedían el avance de la negociación», dice el organismo oficial dependiente del Ministerio de Fomento.
El primero de ellos se refiere a la incorporación de una cláusula que permite los cambios entre controladores y autorizados por AENA, mientras que el segundo se contempla la adecuación de la jornada laboral a la carga de trabajo prevista en cada dependencia, además de la incentivación de la productividad.
Por su parte, fuentes de USCA han indicado a EFE que en la reunión de ayer se han producido «ciertos avances», y que se trataron temas laborales que aún se deben perfilar, aunque han reconocido que han encontrado un clima «mucho más receptivo»
Sin fechas para los paros
Los controladores aéreos aseguraron ayer que está «en manos del ministro de Fomento, José Blanco», la decisión de que la junta convoque o no la huelga, tal y como respaldó ayer el 98% del colectivo con un «mandato claro», e insistieron en que los paros se convocarán cuando la junta ejecutiva del sindicato USCA lo considere «necesario y oportuno».
«Es responsabilidad del ministro Blanco que se convoque o no», afirmó el portavoz de USCA, Daniel Zamit, quién hizo un llamamiento al titular de Fomento para que los reciba en las próximas 48 horas y «desatasque» la situación. «Es el último aviso», advirtió.
El portavoz sindical recalcó que esta es la «única opción» que les queda tras seis meses sufriendo «condiciones abusivas», en los que finalmente Blanco «les ha empujado» a convocar paros mediante «decisiones autoritarias». Cuestionado por la naturaleza de su advertencia, Zamit recordó que el colectivo únicamente ejerce su derecho legítimo: «Si la huelga se entiende como un chantaje, esto es un chantaje», aseguró.
Chantaje
Precisamente, el portavoz de la Organización de Consumidores (OCU), Antonino Joya, señaló que la indecisión e indeterminación sobre la fecha y duración de la huelga es algo que están utilizando los controladores aéreos como medio de «chantaje» hacia el Gobierno y los consumidores.
Mientras, tras reconocer que son conscientes de las «muchas consecuencias» de convocar una huelga en agosto, los controladores señalaron que los pasajeros y las compañías aéreas tendrán que «pedir cuentas a Blanco». No obstante, el secretario de Comunicación de USCA, César Cabo, afirmó que «en todo caso» la huelga se producirá «siempre después del próximo 16 de agosto», y aseguró que pese a la coincidencia con el cambio de quincena los controladores «no quieren fastidiar a los pasajeros».