Más peso político para comunicar mejor y guiños a la izquierda y a los sindicatos son las claves del nuevo Gobierno que ayer dio a conocer el jefe del Ejecutivo, José Luis Rodríguez Zapatero, que ha querido tener más cerca al que será su mano derecha, Alfredo Pérez Rubalcaba. El cambio puntual se ha trocado en la remodelación más amplia y de mayor calado político afrontada por Zapatero en su Gobierno desde que llegó al Palacio de la Moncloa en el año 2004.
Zapatero ha dado un golpe de efecto que, a la espera de que lo confirmen los hechos, lleva aparejado un cierto giro a la izquierda y el encumbramiento como hombre fuerte de Rubalcaba. Una persona de la vieja guardia socialista que se convierte en valido -que no delfín- de un presidente del Gobierno que, en su renovación, ha mirado al pasado para intentar ganar el futuro.
Desde hacía tiempo, el relevo de María Teresa Fernández de la Vega como vicepresidenta primera había sido objeto de comentarios y análisis, así como la identidad de las personas que podían ocupar ese cargo y para las que José Blanco y Rubalcaba parecían tener muchas papeletas.
Finalmente, Zapatero ha optado por reforzar el poder de un incombustible ministro del Interior que, años después, va a volver a sentarse los viernes frente a los periodistas para dar cuenta de las decisiones del Consejo de Ministros. Los cambios rompen con la paridad, algo que siempre había valorado el presidente.
Zapatero, anunció la mayor remodelación de su gabinete con el objetivo de ganar «fortaleza política» y capacidad de comunicación con los ciudadanos, misión encomendada a Alfredo Pérez Rubalcaba como hombre clave del Ejecutivo.
Tercera etapa
Con Rubalcaba al frente de la vicepresidencia primera, el Ministerio de Interior y la portavocía del Gobierno, Zapatero se ha preparado para la que ha denominado «tercera etapa de la legislatura», con la estabilidad parlamentaria garantizada y las elecciones autonómicas y locales a menos de siete meses.
«Será el Gobierno de las reformas, el de la recuperación económica definitiva y la recuperación del empleo», manifestó en rueda de prensa en La Moncloa tras informar de los cambios al Rey en el Palacio de las Zarzuela, donde hoy los nuevos ministros jurarán o prometerán el cargo.
Los votantes deberían ser responsables de los gobernantes que han elegido. Ahora todo el mundo reniega de Zapatero (que ganó las elecciones generales) que nos hace saber lo que vale un peine y esto acaba de empezar, ya que en febrero habrá más restricciones sociales. No niegues públicamente, como San Pedro renegó de Cristo, que has votado a Zapatero. Los errores se pagan y Zapatero, con la DEUDA PÚBLICA EN MANOS DEL GRAN CAPITAL, ES UN ESCLAVO DE SUS PALABRAS, DE SUS CANTOS DE SIRENAS, QUE NO PUEDE CUMPLIR, QUE HA TENIDO QUE RENUNCIAR AL BIENESTAR SOCIAL.