La Junta Ejecutiva del Fondo Monetario Internacional (FMI) aprobó ayer el paquete de «reformas de largo alcance» por el que los países en vías de desarrollo, China en particular, aumentarán su peso en las votaciones del organismo y España verá incrementados tanto su contribución económica como su papel en el sistema decisorio, según el nuevo reparto.
Para el director gerente del organismo, Dominique Strauss-Kahn, esta reforma supone en su conjunto, «un incremento importantísimo de la representación de los mercados emergentes y países en vías de desarrollo» y, en términos generales, «una reforma histórica de la institución», según el comunicado.
China, el tercer puesto
En virtud de la nueva proporción, aceptada una semana antes de la cumbre del G-20 que tendrá lugar en Seúl, «los diez principales contribuyentes al fondo representan ahora a los diez primeros países del mundo: Estados Unidos, Japón, los cuatro principales países de Europa por orden de peso en la votación, Alemania, Francia, Reino Unido e Italia y los cuatro BRICs Brasil, Rusia, India y China».
Así, «el orden de los países es igual al orden que tienen en la economía global», añadió Strauss-Kahn.
Estados Unidos se mantiene en cabeza de la lista de los países con la mayor proporción de voto del FMI, que no obstante ha sido reducida desde el 17 por ciento hasta 16,4 por ciento (con todo, casi tres veces más importancia que el segundo en la lista, Japón). No obstante, el nuevo reparto catapulta a China al tercer puesto.
España sube dos puestos, al 13º, con una subida de más de medio punto porcentual en proporción de voto, hasta el 1,9 por ciento. En lo que a contribución económica se refiere, los países que aumentan el nivel de representatividad en el organismo deberán de pagar más.