Los barones del PSOE y sus secretarios regionales dieron ayer su respaldo al Gobierno en su «ofensiva» en políticas sociales que tiene como primer capítulo la «urgente e inaplazable» reforma de las políticas activas de empleo y en la reorientación de la formación que se da a los parados.
Así lo aseguró en rueda de prensa al término del Consejo Territorial del PSOE, reunido ayer en su sede de la calle Ferraz, el presidente de este órgano del partido, José María Barreda.
El secretario general de los socialistas de Castilla-La Mancha destacó la importancia de la reunión por el tema «crucial» que se trató y por su «potencia política». Desveló el ambiente que se vivió ayer, un clima «muy positivo» y un estado de ánimo, dijo, «que no tiene nada que ver con el que se vivía hace relativamente poco tiempo y un deseo de pasar a esa ofensiva política poniendo en el centro de la escena las políticas sociales».
Tema crucial
Barreda aseguró que durante el encuentro sólo se habló del tema «crucial» de la reforma de las políticas activas de empleo, aunque en el almuerzo que le precedió el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y el resto de comensales cambiaron impresiones sobre la situación general.
El presidente de Castilla-La Mancha explicó que el objetivo de la reforma es apoyar a las personas que están sin empleo ayudándolas de manera más eficaz en su cualificación para que puedan encontrar cuanto antes un trabajo. Recordó que las competencias normativas de las políticas activas de empleo corresponden al Gobierno, mientras que la competencia de ejecución es de las comunidades autónomas.
El Consejo Territorial, que presidió Zapatero, lo integraron todos los presidentes autonómicos socialistas y los secretarios generales regionales del PSOE, salvo los presidentes catalán, José Montilla, y el balear, Francesc Antich. El presidente balear se encontraba en Londres para asistir a la feria turística de la World Travel Market.