El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, recibió ayer el apoyo parlamentario al estado de alarma declarado el pasado 4 de diciembre para restaurar el tráfico aéreo en España tras la protesta de los controladores, aunque no exento de críticas de improvisación por parte del PP y de dudas jurídicas de IU. Todos los grupos políticos condenan el «chantaje» y la «inaceptable» actitud de los controladores.
Pese a que algunos grupos parlamentarios exigieron que se retire lo antes posible el estado de alarma, Zapatero aseguró que lo mantendrá e, incluso, pedirá al Congreso su prórroga si continúa el riesgo para la seguridad o el chantaje a los ciudadanos: «ni un día más, pero ni un día menos» de lo que sea necesario.
El portavoz de IU-ICV, Gaspar Llamazares, consideró que «el fin no justifica los medios», que al Gobierno «se le ha ido la mano y ha sobreactuado» al legislar «en caliente».
Medida proporcionada
Sin embargo, Zapatero defendió que el decreto de alarma ha sido una «medida proporcionada» ante la gravedad de la rebelión de los controladores, que definió como «una afrenta al orden público constitucional». En su comparecencia en el Congreso para explicar las medidas adoptadas ante el paro masivo de los controladores, Zapatero afirmó que el Ejecutivo «agotó todas sus posibilidades de actuación» antes de poner en marcha el decreto de alarma.
En este sentido, el líder del PP, Mariano Rajoy, matizó que su partido ha apoyado al Gobierno en sus medidas para restaurar el tráfico aéreo, porque en ese momento ya no había otra alternativa a la adoptada, pero reprochó la desidia que, en su opinión, ha caracterizado la gestión del Ministerio de Fomento durante los últimos años respecto al conflicto con los controladores.
Para Rajoy, el paro de controladores puso de manifiesto la «falta de previsión» del Gobierno y «un exceso de torpeza», y dijo que Zapatero debe poner orden en el Ministerio de Fomento para que su titular, José Blanco, se dedique a lo que no se tiene que dedicar» y «no dedicarse a tiempo parcial». El presidente del PP recurrió a unas acusaciones de Rubalcaba al ministro que dirigía Fomento en 1999, Rafael Arias Salgado, para llamar a Blanco «inútil total con dosis importantes de caradura porque siempre encuentra una excusa para no asumir sus responsabilidades».