La agencia de calificación de riesgos Moody's amenazó ayer con rebajar la solvencia de España para pagar su deuda, en un momento de dudas sobre la posibilidad de que el país tenga que pedir ayuda a la UE y justo un día antes de que el Tesoro afronte su penúltima subasta de deuda soberana del año. La reacción del Gobierno fue inmediata y anunció que presentará la próxima semana las cuentas de las autonomías.
La agencia estadounidense, que rebajó la nota el pasado mes de septiembre, cuando todavía estaba en su nivel máximo, criticó duramente la falta de capacidad del Gobierno para poner coto a la deuda de la s autonomías. Entre las razones que han llevado a sopesar una nueva rebaja de la deuda española figura también la vulnerabilidad del país a nuevos periodos de tensión por «sus altas necesidades de refinanciación en 2011», que cifra en 170.000 millones de euros.
La banca
A esa vulnerabilidad contribuiría la necesidad de que la banca necesite nuevas ayudas. Pese a que el Gobierno se apresuró a rebatir los argumentos de Moody's, su informe generó un nuevo terremoto político, castigó a la Bolsa -que fue la más bajista de Europa al caer un 1,5%- y añadió tensión al mercado de bonos soberanos, donde la prima de riesgo de la deuda española se disparó en la primera parte de la sesión aunque cerró la jornada a la baja.
Según los analistas, el descenso de la prima de riesgo hasta los 248 puntos básicos se produjo después de que el BCE intensificara sus compras de bonos y después de que la vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Economía, Elena Salgado, anunciara que adelantará la obligación de las CCAA de mostrar su evolución presupuestaria. De hecho, la ministra tuvo que salir a la palestra en dos ocasiones, después de que su primera intervención no tranquilizara los ánimos.
En la segunda aseguró que el Gobierno obligará a las autonomías a publicar la próxima semana sus datos de la ejecución presupuestaria hasta el tercer trimestre del año, lo que estaba previsto que se hiciera a principios de 2011.