El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, reiteró ayer el compromiso del Ejecutivo con las reformas estructurales como única manera de fortalecer el crecimiento económico y recuperar el empleo, razón por la que antepuso «el impulso reformador» al consenso político y social.
Ante un auditorio en el que la representación política era gubernamental y los interlocutores sociales procedían únicamente del ámbito empresarial, Zapatero presentó el Informe Económico 2010 , centrado en el proceso de consolidación fiscal y en el desarrollo de las reformas como pilares del crecimiento futuro.
Agotar las posibilidades
El presidente dijo que intentará «hasta el límite de sus posibilidades» alcanzar acuerdos antes de acometer las reformas, convencido de que los cambios pactados surten efectos antes, si bien insistió en que «peor que la ausencia de consensos» es la falta de reformas. Según Zapatero, el esfuerzo derivado de las reformas emprendidas ayudará a que la economía crezca una media de entre el 2 y el 2,5% en el periodo 2011-2015.
Recalcó que a ello contribuirá el reequilibrio de las cuentas públicas, compromiso «inequívoco» del Ejecutivo, que llevará a que en 2010 se cumpla «con holgura» el objetivo de reducir el déficit de las administraciones públicas al 9,3% del PIB.
La ausencia de representación sindical llamó la atención en un acto en el que el presidente reclamó varias veces su colaboración para un proceso reformador llamado a garantizar la sostenibilidad del Estado del bienestar.
Sobre a la edad de jubilación, el jefe del Ejecutivo reiteró que esta reforma es «imprescindible», y señaló como inamovible la decisión de elevarla hasta los 67 años. Asimismo, reiteró que el proyecto de ley iniciará su trámite parlamentario, con o sin el visto bueno de los sindicatos, el día 28 de enero.