El Gobierno está dispuesto a «flexibilizar» la cifra de 41 años cotizados para poder seguir jubilándose a los 65 años, como hasta ahora, en la negociación sobre el futuro de las pensiones.
Así lo manifestó ayer la vicepresidenta económica, Elena Salgado, en al recordar que la propuesta del Ejecutivo es que las personas con una carrera de cotización larga puedan jubilarse con el 100% de la pensión a los 65 años.
Salgado afirmó que el Gobierno «está dispuesto a flexibilizar esa cifra de 41 años y está dispuesto a bajarla», aunque insiste en que se hace «un flaco favor» a la reforma de las pensiones si se reduce todo a un solo punto.
La ministra de Economía aputó que, en la actualidad, el 40% de los jubilados que se retiran a los 65 años, la edad legal, tienen más de 40 años de cotización, así que «no es un caso que ya no se produzca».
La vicepresidenta asegura que «cree posible el acuerdo» y que, a su juicio, la reforma de las pensiones «es necesaria e introduce una mayor flexibilidad, lo que supone un mayor equilibrio entre las cotizaciones y las prestaciones, y también una mayor equidad».
El Consejo de Ministros aprobará mañana la reforma, pero Salgado precisó ayer que después la ley tendrá una tramitación para poder introducir pequeños ajustes.
Tanto el Gobierno como los sindicatos coinciden en que, a pesar de los avances logrados, todavía no hay acuerdo sobre el pacto social y laboral, por lo que CCOO advirtió ayer al Ejecutivo de que habrá «confrontación» si mañana no hay un consenso.
Ayer se conoció que el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, participó en la reunión que el lunes tuvo el ministro de Trabajo, Valeriano Gómez, con los secretarios generales de CCOO, Ignacio Fernández Toxo, y de UGT, Cándido Méndez, y con el presidente de la CEOE, Juan Rosell.
Intento serio
En los pasillos del Congreso de los Diputados, Zapatero confirmó ayer su participación y dijo que las reuniones van bien. De ella, el secretario de Comunicación de CCOO, Fernando Lezcano, dijo que es un «intento serio» de promover un acuerdo, aunque precisó que, «más allá del efecto simbólico, lo que cuenta es la actitud y hasta ahora su presencia ha sido infructuosa».
La negociación fue analizada ayer por CCOO, que reunió a sus secretarios generales de Federaciones y Territorios, y por UGT, que convocó a su Consejo Confederal. Para el secretario de Acción Sindical de UGT, Toni Ferrer, se están produciendo avances, aunque precisó que todavía es «prematuro» pensar en un acuerdo «inminente».
Esta visión la compartió Lezcano, quien consideró que, aunque hoy se está más cerca del acuerdo, todavía no se ha producido.