Los partidos políticos españoles han abierto el debate sobre la seguridad de las centrales nucleares tras el seísmo que ha sacudido a Japón y provocado fugas en la central nuclear de Fukushina.
De tal manera, el vicesecretario de Comunicación del PP, Esteban González Pons, ha considerado que, tras el terremoto de Tokio y el accidente de la central nuclear, «hay que replantearse las medidas de protección frente a las catástrofes a todos los niveles» y «subir» la seguridad.
El coordinador federal de Izquierda Unida, Cayo Lara, ha asegurado que los problemas en el sistema de generación de energía nuclear en Japón generados por la tragedia sísmica debería ser «un toque de seria alerta a la humanidad» ya que, en su opinión, ni España ni otro país «puede jugar con las nucleares».
También el portavoz de la Confederación Verde y del Partido Verde Europeo en España, Joan Oms, ha advertido del «alto riesgo» de que se pueda producir la fusión del núcleo en la central nuclear de Japón afectada por el terremoto y el posterior tsunami que asoló parte del país.
Uranio y plutonio
La peligrosidad de la central de Fukushima es mayor porque, según Oms, «la carga nuclear que tienen esas centrales es más grande y es una combinación de uranio y plutonio, una opción experimental que se ha demostrado mucho más peligrosa». La detección de cesio, añade el líder verde, quiere decir que «ha habido escape dentro del propio reactor nuclear» y si continúa así, «sin capacidad de refrigerar y amortiguar la emisión de neutrones a las barras de uranio, se podría desencadenar la fusión del núcleo, que es el mayor accidente nuclear previsible, lo que en su momento se llamaba el Síndrome de China».