El Gobierno valenciano subirá los impuestos para recaudar 238 millones de euros más, con medidas como el llamado céntimo sanitario, y recortará los gastos en sanidad en 440 millones de euros (sobre los 5.492 presupuestados para 2012) con la revisión de los precios de conciertos o la aplicación de economías de escala en servicios centralizados.
Así lo recoge el decreto-ley aprobado ayer por el Gobierno valenciano para reducir el déficit público, que contempla medidas para un ahorro de 1.057 millones de euros, entre ellas la reducción de las 46 empresas públicas a 6 «holdings» o sectores de actividad, lo que permitirá ahorrar 120 millones de euros. Las medidas, que han sido explicadas en rueda de prensa por el vicepresidente del Ejecutivo, José Císcar, y los titulares de Economía, Enrique Verdeguer, y de Hacienda, José Manuel Vela, han sido calificadas de «excepcionales» ante la coyuntura «excepcional», y buscan más «sacrificios parciales que despidos masivos» y garantizar la calidad de los servicios sociales.
Sin copago
La Generalitat no contempla «ningún tipo de copago» ni reducción del personal sanitario, así como tampoco el cierre de ningún centro de salud ni hospital, y ha dado marcha atrás en la decisión anunciada el miércoles de reducir la jornada laboral para el personal interino y laboral temporal en los sectores sanitario y educativo.
Císcar ha reivindicado que con esta iniciativa la Generalitat garantiza su autonomía en la toma de decisiones que afectan a la reducción del déficit en la Comunidad Valenciana y confía en poder normalizar el pago a los proveedores y evitar la quiebra de la administración.