La Casa del Rey asegura en un comunicado que el papel que don Juan Carlos jugó ante el 23-F es «sobradamente conocido tanto dentro como fuera de España», tras la desclasificación reciente de un telegrama del embajador alemán en España por aquel entonces, Lothar Lahn, quien en una comunicación escrita con su Gobierno afirmó que el Monarca mostraba «comprensión, cuando no simpatía», por los progatonistas de la intentona golpista.
Frente a las conclusiones a las que llegó el embajador tras una conversación con el Rey un mes después del 23-F, el portavoz recordó que existen miles de testimonios sobre la posición del Rey ante el intento de golpe que no coinciden con la interpretación del representante alemán.
En el telegrama, publicado por el semanario Der Spiegel , Lahn traslada al Ministerio alemán de Exteriores sus impresiones tras una conversación privada con el Rey el 26 de marzo de 1981 en la que, según el embajador, don Juan Carlos «no mostró ni desprecio ni indignación frente a los actores; es más, mostró comprensión, cuando no simpatía».
«Los cabecillas solo pretendían lo que todos deseábamos, concretamente la reinstauración de la disciplina, el orden, la seguridad y la tranquilidad», le dijo el Rey, según el citado telegrama.
Suárez, el culpable
Para el Monarca, el presidente del Gobierno, Adolfo Suárez, era también responsable del intento de golpe por haber despreciado a los militares. El Rey había recomendado previamente a Suárez que «atendiera a los planteamientos de los militares, hasta que estos decidieron actuar por su cuenta», relata el despacho.
El cable también indica que el Monarca manifestó su intención de influir para rebajar el castigo a los militares que estaban detrás del 23-F porque «solo pretendían lo mejor».