El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha asegurado que las cifras de empleo, «por desgracia», no van a mejorar en el corto plazo, sino que empeorarán en el año 2012, por lo que la intención del Gobierno es plantear una reforma laboral «amplia, profunda y equilibrada».
Así lo ha señalado Rajoy durante su comparecencia en el Congreso para explicar los resultados de la última Cumbre europea, donde ha dicho que la reforma, que se aprobará mañana, tiene que ser «útil» para la consecución de un clima que favorezca la competitividad, la contratación y el empleo estable.
Según Rajoy, no se puede culpar a la regulación del mercado de trabajo y a la legislación laboral. «Sería un profundo error», ha dicho, tras insistir en que, a pesar de esto, se necesita una «profunda reforma» que favorezca la creación de empleo.
Además, ha asegurado que es partidario de que la ordenación legal en este terreno cuente con el apoyo de las partes directamente implicadas --sindicatos y empresarios--, aunque los agentes sociales no han avanzado de «forma clara» en algunos aspectos que afectan a la reforma como la intermediación, la contratación, la flexibilidad interna, la formación o la estructura de la negociación colectiva.
Sin embargo, sindicatos y empresarios han enviado al Gobierno los acuerdos parciales y las razones de los desacuerdos que, según Rajoy, han enriquecido la elaboración de la reforma en la que trabaja el Gobierno.
El jefe del Ejecutivo ha repasado las últimas cifras en materia económica y ha asegurado que ese es el punto de partida de su Gobierno, un punto «del que ningún Gobierno desearía arrancar», pero la responsabilidad consiste en «afrontar la realidad y trabajar para cambiarla». «No en desear que la realidad fuese otra», ha dicho.
Rajoy ha asegurado que no pretende atenuar «en lo más mínimo» el peso de la responsabilidad que le toca asumir. «En la política no existe la herencia a beneficio de inventario. Sabíamos y sabemos lo que nos espera. Sabíamos y sabemos que se nos juzgará por lo que consigamos y no por lo que intentemos o por cómo hayamos encontrado las cosas», ha indicado.
En este contexto, ha asegurado que el objetivo del Gobierno es invertir la tendencia al deterioro económico y social que hereda, devolver a la economía la confianza y el crédito, acabar con la espiral de incertidumbre y malos resultados y facilitar el crecimiento y la creación de empleo.
«LA UE NO NOS OBLIGA A NADA».
Al mismo tiempo, ha recordado los compromisos asumidos por España al entrar en el euro, como el de garantizar las finanzas públicas con el Pacto de Estabilidad y Crecimiento. «Este compromiso nos lo impusimos nosotros mismos, la Unión Europea no nos obliga a nada», ha dicho, tras considerar «evidente» que España está «muy lejos de cumplir».
Según Rajoy, el plan del Gobierno es recuperar el «tiempo perdido» y realizar en el tiempo más breve posible las reformas estructurales que permitan ganar flexibilidad y competitividad, mantener una senda sostenible de las finanzas públicas y asegurar el crecimiento y la creación de empleo.
«Mucho tenemos que corregir», ha señalado, tras recordar que el Gobierno decidió actuar «inmediatamente» sobre los aspectos más importantes, aunque el proceso de reformas será «continuo» a lo largo de la toda la legislatura.
LAS REFORMAS, «LA MEJOR TARJETA DE VISITA».
Para Rajoy, lo primero es asegurar la sostenibilidad, lo segundo garantizar la viabilidad y credibilidad del sistema financiero y lo tercero actuar sobre la competitividad y la flexibilidad. «Estas reformas son la mejor tarjeta de visita ante la Unión Europea», ha indicado.
Llegado este punto, el jefe del Ejecutivo ha repasado las primeras medidas implementadas para reducir el déficit y ha asegurado que los resultados de las últimas subastas muestran que el primer decreto marcó «el camino correcto» porque un Gobierno «que actúa sin vacilaciones es más fiable», a pesar de que subir los impuestos no fue «una decisión fácil».
De la misma forma, se ha referido a la reforma financiera que contiene medidas «contundentes, creíbles, razonables y transparentes», y ha repasado las líneas generales de la misma.
LA CONSOLIDACION FISCAL NO ES «SUFICIENTE».
Tras repasar las medidas, el presidente ha resaltado la necesidad de aplicar una política «global» que abarque la consolidación fiscal, las reformas estructurales, las medidas que fomente la liquidez e iniciativas concretas, porque la consolidación fiscal por sí sola no sirve para relanzar la economía y crear empleo.
«Es condición necesaria, pero no suficiente», ha dicho, tras asegurar que España tiene que exigirse a sí misma un «mayor esfuerzo», aunque afirmó que seguro que estará a la altura del reto que tiene por delante, como en otras ocasiones.
En este sentido, ha reiterado que los objetivos «preferentes» son el crecimiento y la creación de empleo porque son un «mandato de los españoles, una exigencia de la justicia y un imperativo de la razón». Sin embargo, ha pedido tiempo a la hora de «cosechar resultados» y ha asegurado que los frutos llegarán si «se destierran las improvisaciones, se evitan los bandazos y se es tenaz con las medidas».
EUROPA APLAUDE LAS MEDIDAS
Por otro lado, el presidente se ha referido al Consejo Europeo del 30 de enero y ha resaltado la «plena coincidencia» entre la agencia española y la europea. Además, ha asegurado que los Jefes de Estado y de Gobierno del área euro dieron la bienvenida a las medidas aplicadas por España en consolidación fiscal y mejora de la competitividad y pidieron que se siguiera por el mismo camino.
Rajoy ha repasado las propuestas españolas, como la de crear un fondo de capitalización para los trabajadores o armonizar las retribuciones de los directivos de entidades con ayudas, y los tratados que se han dejados listos para su firma como el de Estabilidad, Coordinación y Gobernanza o el del Mecanismo Europeo de Estabilidad.