Los abogados del príncipe saudí que fue denunciado por violación en Eivissa por una supuesta modelo en un caso que la Audiencia Provincial ha terminado archivando de plano consideran que la Justicia española fue especialmente garantista durante esta investigación precisamente por la condición dignataria de Alwaleed.
Con esta afirmación los dos asesores del príncipe, los abogados Javier Sánchez Oliva, socio del despacho Oliva-Ayala, y Ivan Shiu, de la firma Hogan Lovells, salen al paso de cualquier manifestación de la que se pudieran interpretaciones sobre falta de interés de la Justicia española por aclarar la veracidad de dicha denuncia. «Fue al revés. Precisamente por ser una persona conocida se puede hablar de mayor celo, para despejar cualquier duda. Agotaron la instrucción. Se miró todo. Hubo dos procesos, uno virtual en los medios y otro real», señalaron.
AVE en la Meca
A ello añadieron la crítica de que la acusación particular, pese a su «gran presencia mediática», nunca recurrió el archivo solicitado por la Fiscalía después de que se hubieran repetido las pruebas que se solicitaron y se diera la oportunidad de requerir otras nuevas.
Asimismo, indicaron que durante el proceso tampoco hubo ningún contacto diplomático porque «era un asunto judicial como tenía que ser». «Incluso hubo un rumor sobre algo del AVE en la Meca. Todo mentira. Un rumor, el príncipe ni siquiera se dedica a esos negocios».
La modelo que denunció al príncipe se puede enfrentar ahora, junto con sus abogados, a una demanda penal por denuncia falsa, un asunto que los abogados están estudiando «con calma» y que, de presentarse, se hará en un juzgado de la Isla.
«La acción de denuncia falsa debe tener consecuencias, entre otros motivos, con el fin de desmotivar a otros a emprender conductas tan difamatorias como ésta en el futuro contra otras personas inocentes», precisaron.
Alwaleed Bin Talal se enteró de la existencia de una causa contra él en Eivissa en septiembre del año pasado por un artículo que leyó en el New York Times.
Preocupación
«Todo tres años después de presentarse una denuncia en la que no se identificó al sospechoso hasta pasado ese tiempo», indicaron haciendo hincapié en esta anomalía y calificando, que ello agravó su «indefensión».
«Llevaba diez años sin venir a Eivissa. Estaba en Francia, en Cannes. Es claro», recordaron los abogados. «La realidad es que la joven no llegó ni a subir al barco donde dijo que ocurrió todo y señaló luego, pasado en el tiempo, al príncipe después de haber identificado a otra persona», explicaron. Alwaleed Bin Talal, uno de los hombres más ricos del mundo, mostró durante este tiempo «preocupación» por el alcance mediático que estaba adquiriendo día a día la denuncia. Sus asesores indicaron ayer que, pese a ello, esto no perjudicó a sus negocios porque su carisma de hombre «religioso y serio ha pesado entre quienes lo conocen».