El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, ha admitido que los ajustes de gasto para los años 2012 y 2013 aprobados por el Gobierno el pasado mes de julio son «muy dolorosos», puesto que suponen «ajustes sobre ajustes».
Así lo indicó el ministro en una entrevista recogida en el número de julio de la revista Valores, que publica la firma KPMG, y que, según precisó el Ministerio de Hacienda en un comunicado, fue realizada en la primera semana de mayo, «cuando la gravedad de la situación y las recomendaciones de organismos internacionales llevaron al Gobierno a preparar medidas que se concretaron en el Real Decreto aprobado el pasado 13 de julio».
«Las medidas adoptadas hasta el momento son sólo el inicio», indicaba entonces el ministro de Hacienda, que realizó estas declaraciones antes de la aprobación de las últimas medidas que suponen un recorte de 65.000 millones de euros.
«El Gobierno va a cumplir con el objetivo de déficit fiscal y con los compromisos adoptados con la UE, por muy difícil que sea la coyuntura y muy grande que sea la magnitud del esfuerzo», añade.
Así pues, el ministro de Hacienda insiste en que «lo que está claro es que no podemos dejar de cumplir el objetivo de déficit». Según explica, «se ha seleccionado en todo momento dónde hacer los ajustes y dónde recaudar más, con el fin de dañar lo menos posible el crecimiento» y añade que «en gran medida el sector privado ya ha hecho sus deberes» y que, sin embargo, aún queda pendiente la reforma de la función pública.
El Gobierno confía en su mayoría
Para llevar a cabo esta tarea, Montoro confía en la mayoría absoluta del Ejecutivo. Así, indica que España cuenta con «un Gobierno con mayoría suficiente para llevar adelante un plan de ajuste y, por si fuera poco, un mandato constitucional para alcanzar el equilibrio gradualmente».
«Somos el país de Europa con la mayor estabilidad política, con un partido comprometido con los objetivos de estabilidad y las reformas que mantiene un Gobierno estable, que controla los dos tercios de las regiones y gran parte de las grandes ciudades», apostilla.
Ahora bien, preguntado por si es demasiado intransigente a la hora de aplicar ajustes o si lo hace por razones ideológicas, el ministro de Hacienda, señala: «A estas alturas de mi vida no tengo ningún dogma, ni tan siquiera he convertido el equilibrio presupuestario en un dogma, porque depende de cómo se alcance; no es lo mismo lograrlo racionalizando el gasto que subiendo la presión fiscal como hicieron los gobiernos socialistas».
Por otro lado, Montoro, que ofreció esta entrevista antes del último decreto de ajustes de julio, admite que, «sin duda, una subida del IVA afectaría al turismo», incremento que posteriormente se llevó a cabo.
«En la medida en que los turistas, al igual que los ciudadanos españoles, consumen en España, una subida del IVA encarece el precio del producto que piensan consumir y, por tanto, en su decisión de hacerlo», concluye.