El Estado, a través del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), inyectará capital en el grupo BMN y en el banco CEISS, fruto de la fusión de Caja España-Duero, lo que le convertirá en el principal accionista de estas dos entidades. Con el argumento de que ambos grupos ya han recibido ayudas, la Comisión Europea cree que la mejor fórmula para recapitalizarlos en estos momentos es la inyección directa de fondos por parte del FROB.
Se descarta así la previsión inicial de que el apoyo público que BMN y CEISS necesitan vaya a llegar a través de bonos convertibles contingentes («cocos», en el argot financiero), que las entidades podrían recomprar en un plazo máximo de 5 años. La Comisión Europea no exigirá a estas entidades que cambien sus equipos de gestión ni previsiblemente que lleven a cabo una reestructuración tan drástica de sus plantillas y red de oficinas, si bien tendrán que aplicar quitas en los canjes de participaciones preferentes y deuda subordinada.
Valoración
Para que la inyección de fondos públicos en BMN y CEISS se haga lo antes posible, se necesita una valoración independiente de los dos grupos, que determinará exactamente el porcentaje del capital que quedará en manos del FROB previsiblemente a comienzos de 2013.
El Gobierno aún no ha cifrado la cantidad de dinero necesaria para todas las operaciones.
Las estrategias de saneamiento de CEISS y Caja3 pasarán por el cierre de sus respectivas fusiones con Unicaja e Ibercaja, mientras que BMN y Liberbank, a diferencia de la mayoría de entidades nacionalizadas, podrán seguir adelante con sus planes.
De hecho, aunque el Estado se vaya a convertir en el principal accionista de BMN, el grupo tendrá un plazo de hasta 5 años para que la participación pública se convierta en privada, el mismo periodo del que puede disfrutar Liberbank si requiere ayuda.