El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha adelantado hoy que el déficit de 2012 mostrará un esfuerzo de consolidación «sin precedentes» en el conjunto de las administraciones, y ha defendido que gracias a ajustes de esta naturaleza se constata ya un «cambio de percepción sobre España».
Rajoy ha hecho estas consideraciones en la inauguración de un seminario organizado por el semanario británico The Economist en el que se analiza la vuelta a la prosperidad tras un duro ajuste, y los consiguientes cambios políticos.
El jefe del Gobierno ha recalcado que con la «prudencia necesaria», se puede anticipar que en la última parte de 2013 y en 2014 la economía española «recuperará tasas positivas de crecimiento del PIB».
Según Rajoy, el propio título de las jornadas de The Economist, «Más allá de la austeridad, volviendo al crecimiento», es «la constatación de un cambio de percepción» sobre España, ya que hace un año, ha recordado, se dudaba de la sostenibilidad de las cuentas públicas.
Rajoy ha destacado que se han hecho ya «muchas cosas» para salir de los «ingentes» desequilibrios que se encontró al llegar al Gobierno, como una reforma laboral que aún tardará en dar sus frutos, ha dicho, pero que ya muestra «indicios» de un «cambio de patrón» en el ajuste del mercado de trabajo.
Pero «el afán reformista del Gobierno ni se distrae, ni flaquea ni se agota», por lo que ha dejado claro que en los próximos meses se aprobarán más reformas estructurales como la futura ley de unidad de mercado o la racionalización de las administraciones públicas.
En el coloquio posterior Rajoy ha recordado que se presentó a las elecciones con la promesa de que no subiría los impuestos, y a pesar de ello ha aprobado sucesivas recargas fiscales, entre ellas el IRPF y el IVA en el último año.
«No he cumplido con mis promesas electorales, pero al menos tengo la sensación de haber cumplido con mi deber», ha recalcado Rajoy.
Ha reconocido que «es difícil» dar esperanza a una familia con todos sus miembros en paro, pero ha garantizado que siempre procura tener como «referencia» que en España hay «muchísima gente» que quiere trabajar y no puede y que otro muchos han sido «muy lesionados» en su poder adquisitivo.
En medio de estos sacrificios, el jefe del Ejecutivo ha recordado, como ya hizo recientemente en Berlín, que se prevé que la reducción del déficit estructural primario, es decir, descontando el ciclo económico y la carga de intereses, ascienda a 3,5 puntos del PIB aproximadamente.
Los compromisos de déficit para 2012 suponen que cierre en el 6,3 % del PIB, aunque distintos analistas consideran que podría acabar en torno al 7 %.
Esta reducción del déficit público, ha recalcado Rajoy, es necesaria para volver a la senda del crecimiento.
También por parte de Europa, ha añadido, deben afrontarse mayores reformas estructurales para una economía más flexible, integrada y competitiva, dar un paso más hacia los futuros «Estados Unidos de Europa» hacia los que sin duda camina el continente, según Rajoy.
La última pata de la vuelta al crecimiento para España, ha añadido el jefe del Gobierno, es dar solución a los problemas de liquidez, para lo que ha sido fundamental que el presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, con el que hoy se verá en Madrid, haya puesto instrumentos a disposición de los estados que lo necesiten.
Durante estos últimos meses, ha admitido, «se ha hablado mucho de España» en la prensa económica de todo el mundo «probablemente más de lo que nos hubiera gustado», por lo que ha abogado por hacer un análisis «sin distorsiones, sin maquillar los problemas, sin ignorar las fortalezas y sin caer en el tremendismo».
«De esta salimos seguro, y todo lo que hacemos no es una decisión caprichosa del señor Rajoy y el Gobierno de España, sino que estamos poniendo las bases para salir de esta situación», ha asegurado el jefe del Ejecutivo, para quien «no se trata de hacer crítica de épocas pasadas, entre otras cosas porque no vale para nada».