El jefe del Gobierno, Mariano Rajoy, y el presidente de la Generalitat, Artur Mas, se reunieron esta semana en Madrid y, aunque constataron las posiciones muy distantes que mantienen sobre el futuro de Catalunya, se comprometieron a que eso no afecte a la buena relación entre ambas administraciones.
La entrevista, que tal y como había venido pidiendo Mas se celebró con carácter secreto, estaba aplazándose desde hace tiempo y fue la primera que mantienen desde la nueva investidura de Mas como presidente de la Generalitat.
El encuentro se desarrolló en el Palacio de la Moncloa y en él abordaron las políticas de consolidación fiscal y de cumplimiento de los objetivos de déficit.
Aunque el intercambio de puntos de vista sobre la situación económica tanto en España en general como en las comunidades autónomas ocupó parte de esa reunión, ambos dedicaron tiempo a analizar las relaciones entre Catalunya y el resto de España.
En ese contexto, Rajoy y Mas constataron que en esa cuestión mantienen posiciones muy distantes.
Pero, pese a ello, se comprometieron a mantener la actitud de diálogo necesaria en cualquier democracia y a evitar que esas discrepancias afecten a la buena relación de ambas administraciones en otros ámbitos sectoriales y cuyos principales beneficiarios son los ciudadanos.
Al repasar la situación económica española, de Catalunya y de la UE compartieron un mismo diagnóstico sobre la necesidad de mantener los compromisos de consolidación fiscal y de corrección del déficit público.
Además, se felicitaron por «el gran resultado» obtenido en ese terreno durante el año pasado gracias al esfuerzo coordinado de todas las administraciones públicas.
En ese aspecto, Rajoy se comprometió a que Catalunya, al igual que el resto de comunidades autónomas, pueda beneficiarse de la flexibilización del objetivo de déficit público si esta posibilidad se confirma por parte de la Comisión Europea.