El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, admitió ayer que está «profundamente insatisfecho» con que la cifra de paro sea peor que hace un año y continúe la recesión, pero insistió en que no va a perder «el rumbo» de sus reformas porque «estamos en el umbral de invertir nuestra situación».
En el acto de clausura de la Asamblea Anual del Instituto de la Empresa Familiar (IEF) Rajoy tendió una mano a la oposición para lograr un gran pacto en materia económica, con la reforma de las pensiones como próxima oportunidad para el acuerdo, pero puso en duda que el PSOE esté dispuesto a compartir el precio.
Decisiones difíciles
Por su parte, dejó claro que el Gobierno «no abdicará de su responsabilidad» consciente de que es el que tiene que «asumir el coste» de tomar las decisiones difíciles.
Entre las políticas adoptadas en contra de su voluntad citó las subidas de impuestos, pero recalcó que la intención del Gobierno es bajarlos «cuando haya la más mínima posibilidad», algo que confió en que ocurrirá en esta legislatura.
En concreto se refirió a la decisión de mantener la subida del IRPF en 2014, a pesar de que en principio fue aprobada para 2012 y 2013.
«Desde el principio advertí de que darle la vuelta a la situación económica no iba a ser fácil ni rápido», ha dicho el jefe del Gobierno, convencido de que el reto por delante es «gigantesco» pero también de que no parará hasta convertirlo en «una historia de éxito».
En cuanto a los resultados obtenidos hasta el momento, Rajoy dijo sentirse «profundamente insatisfecho» con las cifras del crecimiento económico y del paro ya que sería un «insensato» si no lo sintiera así.
Pero también se refirió a los «hechos que certifican un cambio de rumbo», como la prima de riesgo, que se ha reducido a la mitad desde el pasado mes de julio, junto a una mejora de la competitividad y una reducción del endeudamiento neto.