La Comisión Europea (CE) afirmó hoy que si un territorio de la Unión Europea (UE) se independizara de un Estado miembro, dejaría también de formar parte del club comunitario, dijo su portavoz en respuesta a una pregunta sobre el debate de la pertenencia de Cataluña a España.
«Un Estado independiente será, por efecto de su independencia, un estado tercero respecto a la Unión Europea y los tratados (comunitarios) no serán aplicables en su territorio desde el día de su independencia», aseguró la portavoz Pia Ahrenkilde.
«Si una parte de un territorio de un Estado miembro deja de ser parte de este Estado porque su territorio se convierte en un nuevo territorio independiente, hablo de un caso hipotético, los tratados no se aplicarán más a ese territorio», añadió la portavoz que respondía a preguntas de la prensa sobre Cataluña.
Ahrenkilde indicó que la separación de un territorio o la creación de un nuevo Estado no sería «neutral respecto a las tratados» comunitarios.
La portavoz también dijo que cualquier Estado europeo que respete los principios que están establecidos en los tratados puede solicitar su entrada en la Unión.
También recalcó que esto se aplica de manera general, y que la Comisión solo expresaría su opinión sobre un caso concreto a petición de un Estado miembro.
Ahrenkilde recalcó que al Ejecutivo comunitario no le corresponde hacer comentarios sobre los debates internos en un país.
«No prejuzgamos ninguna situación hipotética dentro de ningún Estado miembro», dijo.
En Barcelona, el vicepresidente de la CE y comisario de Competencia, Joaquín Almunia, subrayó hoy que si Cataluña se independizara de España dejaría de pertenecer a la Unión Europea, con el argumento de que sería la parte segregada.
«La parte segregada (de España) no es parte de la Unión», aseguró Almunia respecto a un hipotético escenario en que esa comunidad autónoma española sea independiente.
El comisario europeo se mostró «muy preocupado» por el proceso soberanista abierto en Cataluña e instó al Gobierno español y al de la Generalitat a sentarse a hablar en torno a una mesa en lugar de hacerlo por correspondencia.