La economía española salió de la recesión en el tercer trimestre del año, al crecer el 0,1 % entre julio y septiembre, después de nueve trimestres consecutivos de caída, ha avanzado hoy el Banco de España en su último boletín económico.
El crecimiento del PIB en el tercer trimestre se apoyó en la mayor aportación positiva del sector exterior (0,4 puntos porcentuales), mientras que la contribución negativa de la demanda interna fue similar a la del trimestre anterior (0,3 puntos porcentuales).
En tasa interanual, «que mide con algún desfase la situación coyuntural», el PIB ha caído el 1,2 %, cuatro décimas menos que en el trimestre anterior.
El empleo moderó sustancialmente su ritmo de descenso en este período, con una leve caída intertrimestral del 0,1 % (3,1 % en tasa interanual), que de confirmarse «representaría la tasa menos desfavorable desde el inicio de la crisis», señala el Banco de España.
A pesar de que la demanda nacional en conjunto sigue siendo negativa, el Banco de España estima que el consumo de los hogares volvió a crecer en el tercer trimestre y avanzó un 0,1 %, aunque todavía dentro de una «marcada debilidad» provocada por el continuado descenso de la renta disponible, la pérdida de valor de la riqueza de los hogares y el aún elevado endeudamiento.
El gasto de las administraciones públicas cayó más que en el trimestre precedente en línea con el proceso de corrección presupuestaria, en tanto que el gasto en inversión descendió algo menos como resultado del menor retroceso de la construcción.
No obstante, la entidad señala «la pujanza» del gasto empresarial en bienes de equipo que habría crecido entre el 1 % y el 2 % en el tercer trimestre como consecuencia del «efecto arrastre derivado del dinamismo de las exportaciones».
En este sentido, destaca que la capacidad de financiación de las empresas no financieras ha mejorado gracias al incremento del ahorro empresarial, si bien advierte de que esa mejoría podría verse limitada por el elevado endeudamiento de las empresas y la persistencia de unas condiciones de financiación externa restrictivas.
Respecto al sector exterior, la entidad destaca el elevado impulso de las ventas al extranjero, a lo que están contribuyendo las ganancias en competitividad que sigue acumulando la economía española y la mejora económica de los países de la zona del euro, principales destinos de las exportaciones españolas. Entre tanto, las importaciones se mantuvieron contenidas condicionadas por la todavía débil demanda nacional.
Según el Banco de España, todos los sectores productivos han registrado una progresiva mejoría durante los meses de verano, entre ellos la actividad industrial, cuyo repunte se sustenta en los pedidos exteriores más que en los domésticos.
En el mercado laboral se desaceleró la destrucción de empleo, pero siguieron cayendo los costes laborales como consecuencia de la continuación de la moderación salarial, lo que ha permitido avanzar en el proceso de devaluación interna, que según la entidad, sigue siendo necesario para asegurar la corrección de algunos de los principales desequilibrios de la economía.
Respecto a la evolución del déficit de las administraciones públicas, el Banco de España señala que el incremento de los ingresos del Estado está siendo algo inferior al presupuestado por el Gobierno, si bien prevé una mejoría en la última parte del año por las medidas adoptadas respecto al impuesto de sociedades y los impuestos especiales y energéticos.
Además, espera un aumento de las bases imponibles sustentado en una evolución macroeconómica más saludable.