El expresidente del Gobierno Felipe González ha dicho este sábado a sus «compañeros» socialistas que «no se tienen que distraer» sino centrarse en debatir «lo que importa a los ciudadanos», que es qué tipo de modelo económico deben proponer para salir de la crisis y forjar una «propuesta diferenciada».
«Creo que los compañeros no se tienen que distraer cuando les preguntan de los que no se trata, es la técnica de siempre, si se tratase otra cosa preguntarían por qué no se ha tratado esto. Hay que tratar lo que preocupa a los ciudadanos, no importa lo que pregunten, lo que a los ciudadanos les importa es qué respuesta tenemos a esta crisis y si tenemos una propuesta diferenciada», ha afirmado durante su participación en la Conferencia Política.
En este punto, ha defendido que el PSOE, tarde o temprano, tiene que «revolucionar las expectativas» y «empezar a pensar cómo se reparte en el futuro el tiempo de trabajo disponible y cómo se ligan los salarios a la competitividad y la productividad». A su juicio, el PSOE debe pensar una respuesta clara y «audaz» para que tengan empleo los jóvenes, los parados de larga duración y también quienes quieran seguir trabajando más allá de lo que ahora se llama edad de jubilación.
El expresidente ha sido el protagonista de un foro sobre globalización paralelo a los debates a puerta cerrada sobre el proyecto del PSOE y ha hecho hincapié en que para poder ofrecer cohesión social los socialistas tienen que ser capaces de ofrecer un modelo económico competitivo, una «economía social de mercado altamente competitiva, sostenible en el tiempo para que genere el valor suficiente que permita hacer educación y sanidad como elemento de cohesión y mejora del capital humano, sanidad y sistema de pensiones sostenibles».
Para ello, ha apostado por «cambiar las expectativas» porque, a su juicio, lo que se está haciendo en España para competir «no sirve», igual que no sirve lo que está haciendo Alemania. González ha destacado que con frecuencia se pone a este país como ejemplo cuando tiene «siete millones de contratos de 400 euros» y «también está intentando competir descendiendo el nivel de salarios en lugar de intentar aumentar la productividad para ser más eficiente», que a su juicio es el verdadero desafío de la globalización.
Así, ha insistido en que España y Europa no pueden pretender competir en la escena internacional con salarios bajos, porque nunca podrá competir con los países emergentes o con China -"estaríamos muertos"-.
En esa línea, ha denunciado que la política del Gobierno ha sido devaluar las rentas, particularmente las medias y bajas, y ha reprochado al ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, que presuma del «milagro de una devaluación sin inflación». Ante la imposibilidad de una devaluación monetaria, ha explicado González, el Ejecutivo ha optado por devaluar las rentas y eso ha lastrado el consumo, así que es imposible que haya inflación.
SALIENDO DEL TUNEL
También ha cargado contra el optimismo del Gobierno: «Dicen que estamos saliendo del túnel pero que queda mucho túnel por delante, cosa que entiendo mal, porque si estamos saliendo no quedará mucho por delante, salvo que se estén dando la vuelta».
A su juicio, está claro que España tiene «problemas específicos nacionales», especialmente un problema demográfico «muy serio», pero en su opinión para responder a los desafíos de la globalización y a la desigualdad que ésta genera los márgenes nacionales no son suficientes, sino que hacen falta políticas nacionales y europeas.
González ha puesto de relieve que el efecto de la financiarización de la economía que se ha producido en los últimos años se mantiene, de modo que ha apelado al proyecto socialdemócrata a corregir este fenómeno porque hasta ahora este «casino financiero» ha funcionado «sin reglas» sin que «nadie» se haya atrevido a hacerlo.
«CATASTROFE SOCIAL» PESE A QUE EL PIB ES CASI IGUAL
El expresidente ha destacado que el Producto Interior Bruto de España en 2012 era «sensiblemente igual» al de 2007 -con una diferencia de sólo 4.000 millones de euros-, así que se ha preguntado «cómo es posible que se haya producido la catástrofe social» que España está viviendo. A su juicio, no es sólo por el proceso de destrucción de empleo, sino porque «está en crisis» el sistema sanitario, el educativo las inversiones en I+D+i y porque, además, la población no ha variado.
«Tenemos un productivo per cápita muy parecido al de 2007 y la distribución de ese desajuste ha sido brutalmente desigual», ha señalado González, para apuntar, a renglón seguido, que la «obligación» de los socialistas es buscar los mecanismos para recuperar un mayor nivel de igualdad.
«Aunque debo decir que el incremento de la cohesión social en España se detuvo en el año 1996, cuando se pusieron en marcha políticas económicas de crecimiento que no han aumentado el nivel de cohesión social del país, que ahora se está perdiendo muy rápidamente», ha puntualizado.