El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, se reunió en la noche del martes con el lehendakari, Iñigo Urkullu, un encuentro en el que ambos abordaron, fundamentalmente, el final de ETA, según fuentes conocedoras del encuentro. Previamente, en concreto el pasado viernes, el presidente del Gobierno vasco, junto con el líder del PNV, Andoni Ortuzar, mantuvo una reunión con el secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, y el del PSE-EE, Patxi López.
En este encuentro en el Palacio de la Moncloa, por espacio de hora y media, ambos dirigentes intercambiaron impresiones sobre distintos asuntos, si bien el fin de ETA centró la mayor parte de la reunión.
Derechos humanos
Como ha venido exponiendo en las últimas semanas, el objetivo principal de Urkullu es lograr de Rajoy una flexibilización de la política penitenciaria con los presos de ETA, no en respuesta a la foto de Durango o al comunicado de los presos donde anunciaron que asumirían la ley, «sino por respeto a los derechos humanos y en cumplimiento de la Ley».
Además, la propuesta del lehendakari pasa por reconocer los «derechos que asisten» de acceder a beneficios penitenciarios a aquellos que hayan cumplido las tres cuartas partes de su condena. También para los presos enfermos.
Por ello ha reivindicado que «el acercamiento a las cárceles del País Vasco o cárceles más próximas, que además serviría para no provocar el victimismo» del mundo de ETA. Según Urkullu, estos pasos deberían darse sin estar condicionados a los pasos que vaya dando la banda terrorista.
Por su parte, Rajoy afirmó rotundo el domingo en la Convención del PP que su Gobierno trabaja por la «disolución incondicional» y la «derrota definitiva» del terrorismo, «con todas las consecuencias», porque este es el «único final aceptable» de la organización terrorista.