Los grupos parlamentarios del Congreso dieron muestra ayer de su división sobre cómo afrontar el problema catalán y cada uno apoyó sus propias propuestas de resolución sobre esta materia, de manera que sólo se aprobó la del PP, en contra de los planes soberanistas, por ser el único con mayoría.
Se votaron hasta cinco propuestas derivadas del debate sobre el estado de la nación que hacían referencia al problema catalán: las del PP, PSOE, CiU, la Izquierda Plural (ICV) y ERC, así como una más genérica de Amaiur.
El PP sólo respaldó la suya y votó en contra de todas las demás, mientras que el PSOE, que pedía la creación de una subcomisión parlamentaria para estudiar este tema, apoyó la suya y se abstuvo en el resto, en una votación unitaria con los diputados del PSC.
Con la iniciativa del PP aprobada, el Congreso reafirmó los valores de la Constitución y su vigencia y ratificó que no caben iniciativas o planes en cualquier ámbito institucional que rebasen los principios de soberanía y legalidad.
«No puede una parte de la ciudadanía decidir lo que le corresponde al conjunto del pueblo español, ni a una autoridad o poder público situarse por encima de la ley», subraya el texto.
En su defensa de la propuesta de los 'populares', el secretario general del grupo, José Antonio Bermúdez de Castro, dejó claro que ni existe el derecho a la secesión ni se celebrará una consulta ilegal en Catalunya porque sería un comportamiento «tan antidemocrático como antijurídico».
El diputado explicó la razón por la que tampoco apoyaban la del PSOE, que pedía crear una subcomisión parlamentaria de estudio del modelo territorial.
Según dijo, se puede hablar de la reforma de la Constitución, pero para ello ya existe la Comisión Constitucional del Congreso, y no hay necesidad de crear más órganos.