El consumo de alcohol entre los adolescentes ha aumentado notablemente (83,9 por ciento), casi nueve puntos porcentuales más que hace dos años, y lo ha hecho especialmente entre los escolares de 14 y 15 años.
Este es uno de los principales datos de la Encuesta Escolar sobre Uso de Drogas en Estudiantes de Enseñanza Secundaria (Estude) 2012-2013, presentada hoy por el delegado del Gobierno para el Plan Nacional de Drogas, Francisco Babín.
El informe, que incluye por primera vez una pregunta específica sobre el «botellón», revela que más de la mitad de los menores (53,3 %) lo han hecho en el último mes y que uno de cada cuatro chavales de 14 años han participado en una de estas prácticas.
Esta encuesta bienal, que incluye una muestra de 27.500 estudiantes de entre 14 y 18 años, de 750 institutos o centros de formación profesional, desvela también la relación directa entre el «botellón» y los atracones (cinco o más bebidas en un intervalo corto de tiempo).
Seis de cada diez estudiantes se han emborrachado alguna vez, cinco de cada diez lo hizo en el último año y tres de cada diez en el último mes.
Arraigo del botellón
Babín ha alertado del arraigo del «botellón» entre los menores y de la elevada frecuencia de las borracheras y de los atracones y ha asegurado que «se esté generalizando un modelo de ocio entre nuestros estudiantes basado en el consumo de alcohol».
El estudio confirma la tendencia descendiente en el consumo de cannabis (un 36 % en la última década) y de cocaína (60 % en los últimos diez años), aunque aumenta el de los hipnosedantes, con y sin receta, en consonancia con lo que sucede con la población en general.
Estos fármacos son la droga más consumida entre los menores, tras el alcohol, el tabaco y el cannabis.
Aunque el consumo de tabaco, alcohol e hipnosedantes está más extendido entre las chicas, los hombres lo hacen con mayor intensidad.
La encuesta también destaca la facilidad que tienen los estudiantes para acceder al alcohol, de forma que un 61,8 % lo adquieren en supermercados y un 57,7 % en bares o pubs, pese a tratarse de establecimientos en los que la venta a menores está prohibida.
En cuanto al lugar donde lo consumen, seis de cada diez lo hacen en bares y pubs y cinco de cada diez en discotecas; el 57 % en espacios abiertos.
Además, perciben el alcohol como la sustancia menos peligrosa, mientras que aumenta la percepción del riesgo del tabaco: más del 90 % consideran que fumar a diario es peligroso.
Una «buena noticia, aunque modesta» es que se ha elevado la edad en la que los jóvenes se inician en el consumo de alcohol, desde los 13,7 a los 13,9 años, aunque sigue siendo «una edad muy temprana», ha señalado Babín.
Leyes más restrictivas
En vista de estos datos y ante reiteradas preguntas sobre la ley que el Gobierno está preparando para establecer límites en el acceso de los adolescentes al alcohol, Babín ha asegurado que «en breve» se presentará el proyecto, si bien, en aras a la «prudencia», ha eludido adelantar detalles sobre las medidas que contendrá «hasta que no estén claramente definidas».
No obstante, ha precisado que hay que aplicar la ley, aunque «ya se está haciendo», y continuar sensibilizando al sector de la hostelería, a la vez que hay que potenciar «la función de inspección».
A pesar de la tendencia descendente en el cannabis, el representante del Plan Nacional ha hecho «énfasis» en que la prevalencia del consumo diario es del 2,7 %, lo que significa que existe «una población en riesgo sobre la que hay que intervenir».
A este respecto, ha explicado que, según a escala CAST, usada internacionalmente, el 16 % de los menores que consume cannabis corre el riesgo de padecer problemas físicos y psicológicos.
De hecho, entre estos consumidores, un 44 % repite curso frente al 28 % de los que no consumen; y la proporción de suspensos es 60 veces superior.
El policonsumo es cada vez más frecuente entre los jóvenes, de tal forma que cuatro de cada diez consumen dos o más sustancias.
El papel de los amigos es otro de los aspectos que pone de relieve la encuesta; las prevalencias de consumo son mayores entre los que dicen tener un mayor número de amigos consumidores.
También influye en el mayor consumo la hora de regreso a casa y la frecuencia de las salidas.
El consumo de anfetaminas, alucinógenos y éxtasis se mantiene en niveles muy bajos; la heroína es la droga menos consumida; y entre las sustancias emergentes, las más consumidas son las setas mágicas (2,2 %), el «spice» (1,4 %) y la ketamina (1,1 %).