El lehendakari, Iñigo Urkullu, invitó al Gobierno central a impulsar una nueva etapa entre ambos ejecutivos para consensuar políticas como la penitenciaria, dentro de la legalidad pero de acuerdo a «la nueva realidad social», para avanzar en el final definitivo de ETA.
En la inauguración del curso de verano «El fin de ETA y la recuperación de la convivencia en el País Vasco: Temas pendientes», el lehendakari apeló al diálogo y a la colaboración entre el Ejecutivo de Mariano Rajoy y otras fuerzas políticas «en todo aquello que sea relevante para la paz y la convivencia».
Actuación
Urkullu citó como ejemplo de esta cooperación la política penitenciaria, con el objetivo de poner en común las líneas de actuación «dentro del marco de las posibilidades legales» y «acorde a la nueva realidad social» porque, añadió, «no hacer nada o actuar unilateralmente es la actitud más contraindicada en una situación como ésta».
Antes de este llamamiento, el lehendakari Urkullu aseguró que la responsabilidad «prioritaria» de su gobierno es «apelar, urgir y contribuir a un final ordenado, definitivo e incondicionado» de la violencia de ETA, que debe hacerse con «seriedad, realismo y rigor en el más corto espacio de tiempo posible».
Por eso durante su intervención, Urkullu exigió a ETA que «no demore más su proceso de desarme y desaparición», pues la banda es hoy «un amarre del pasado que obstaculiza el progreso hacia el futuro».
Después, en declaraciones a los periodistas, confirmó en que los próximos meses «algo podamos ver», porque la banda no puede perder la oportunidad de dejar pasar este año para anunciar su desarme y entrar en un nuevo periodo, que coincide con elecciones autonómicas, para dar más pasos.
En su discurso, de casi una hora, Urkullu consideró que la pervivencia de una organización terrorista «terminal» impide a la izquierda abertzale avanzar.