La auxiliar de enfermería Teresa Romero, que ha experimentado un «poquito de mejoría» en las últimas horas, pudo contraer el virus del ébola al tocarse la cara cuando se retiraba el traje protector con el que había atendido al religioso Manuel García Viejo, fallecido a causa de la enfermedad.
Así lo ha admitido la propia sanitaria, según ha explicado, en declaraciones a los periodistas, el doctor Germán Ramírez, de Medicina Interna del Hospital de La Paz y que forma parte del equipo que la atiende, quien ha indicado que, aunque la mujer está «confusa», ha reconocido que este «accidente» pudo haber ocurrido al tocarse la cara con los guantes que llevaba puestos.
Un hecho que será investigado por la Fiscalía de Madrid, que ha abierto diligencias para determinar las circunstancias del contagio, según fuentes fiscales.
Tres días después de ser hospitalizada, la auxiliar ha experimentado «un poquito de mejoría en las últimas horas», según ha afirmado el presidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, quien ha hablado este miércoles por primera vez sobre la crisis del ébola.
Desde que el pasado lunes Romero ingresara en el Hospital Carlos III por dar positivo en el test del ébola, otras cinco son las personas aisladas por ser sospechosas de haber contraído el virus, después de que otras dos sanitarias hayan sido hospitalizadas con fiebre en las últimas horas.
Las últimas dos personas aisladas son dos profesionales sanitarias del Hospital de La Paz que formaron parte del equipo que trató a García Viejo y que, al presentar décimas de fiebre, han sido aisladas como medida de precaución.
El marido de Romero, Javier Limón, también se encuentra en observación en el hospital y está asintomático, mientras que un ingeniero español procedente de Nigeria y una enfermera que tuvo exposición al virus durante el tratamiento a los misioneros han dado negativo a los análisis de ébola.
La crisis generada por el primer contagio del ébola fuera de África ha llegado hasta el Congreso de los Diputados, donde el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha afirmado que «hay que estar atentos, pero manteniendo la tranquilidad».
El presidente, en respuesta a una pregunta formulada por el líder del PSOE, Pedro Sánchez, en la sesión de control al Gobierno, ha detallado las medidas tomadas hasta el momento: la prioritaria, la atención a la enferma y los sospechosos de contagio, y ha prometido «transparencia total» sobre la información a la opinión pública.
«¿Tiene usted bajo control la infección del virus del ébola? ¿Puede garantizar que no corren los españoles ningún riesgo?», le ha preguntado Sánchez a Rajoy, a quien ha pedido que suministre información diaria a la opinión pública.
También la ministra de Sanidad, Ana Mato, ha asegurado en la Cámara Baja que no hay constancia de que ninguna de las personas que tuvieron contacto con la enfermera contagiada por el ébola tenga síntomas.
Según ha anunciado Mato, esta semana reunirá al Consejo Interterritorial de Salud para coordinar con todas las comunidades autónomas las actuaciones ante este primer contagio por ébola.
El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, también ha querido hacer un llamamiento a la calma y ha asegurado que se adoptarán «todas las medidas necesarias para prevenir y garantizar la seguridad de la población».
Respecto a la investigación por parte de las autoridades sanitarias españolas, el presidente del Consejo General de la Enfermería, Máximo González Jurado, ha pedido al Ministerio de Sanidad, que no lance hipótesis sin pruebas sobre cómo pudo contagiarse y ha advertido de que podrían acudir a los tribunales.
Algo en lo que ha coincidido con el Sindicato de Técnicos de Enfermería (SAE), que ha manifestado su «malestar» por las informaciones que está apareciendo en las que se apunta a que Teresa no se colocó el traje de forma debida.
El equipo sanitario que atiende a la auxiliar de enfermería contagiada de ébola y a las otras cinco personas aisladas en el Hospital Carlos III a la espera de saber si también están infectados están «muy preocupados», a pesar de que están siguiendo «a rajatabla» el protocolo establecido.
Santiago Yus, médico de Cuidados Intensivos del hospital de La Paz y que forma parte del equipo que atiende a la enfermera contagiada, ha subrayado que el caso se podría haber evitado si los profesionales sanitarios hubieran contado con el entrenamiento adecuado.
Entre tanto, un grupo de unas cincuenta personas ha protestado contra el sacrificio del perro de la auxiliar de enfermería, decretado por la Comunidad de Madrid, en la urbanización donde reside la paciente.
José Luis Piñeiro Vidal. Abogado. Sigue el ébola España es diferente. Mientras un fallo de protocolo de los cuidadores de enfermos de ébola en Estados Unidos de América induce a los ciudadanos al apoyo de sus autoridades para la corrección inmediata de los errores, que parece lo lógico, exigiendo responsabilidades una vez resuelto el problema, en España pedimos la destitución de las cabezas jerárquicas sin centrarnos en el núcleo del problema. ¿Alguien cree que la nueva jerarquía ocupará el cargo con la solución en el bolsillo? Dos refranes: “no hay que cambiar de caballo en medio del río" y “en tiempos de tribulación, no hacer mudanza”. Es decir, para cambiar de caballo y para hacer cambios, hay que cruzar el río y superar la tribulación. Después puede que sí. Es de sentido común. Sin embargo en España, ante un problema grave, con tal de que tenga repercusión mediática, siempre hay una cantidad enorme de personas dispuestas a armar follón irrogándose un conocimiento que no tienen o una legitimidad que tampoco. Es bien fácil recordar lo que pasó con el Prestige: toda la izquierda política, más o menos arrumbada en el “Nunca Máis”, profirieron tal cantidad de infundios hasta que, por fin, la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Galicia puso a cada cual en su sitio. De eso ahora nadie se acuerda. Y estos señores de Nunca Máis y Cía., tan panchos, como si con ellos no fuera. Lo triste es que no aprendemos de la historia. ¿Qué hubiera pasado si el contagio de ébola hubiera tenido lugar unos días antes de las elecciones generales?: dada la visceralidad irracional que gobierna la acciones individuales de los “Nunca Máis y Cía, posiblemente hubiéramos elegido a un Zapatero – 2, porque el Zapatero – 1 llegó al poder después de los atentados de Madrid. Y creo que con uno ya hubo bastante y para muchos años. Entiendo que, desgraciadamente, en España tenemos una izquierda de mentalidad antiliberal (que es la esencia de la cultura occidental) que niega la iniciativa y la responsabilidad individual, prefiriendo acogerse a los sistemas políticos de corte socialista, en el que casi todo está intervenido, es decir, preordenado, en la idea errónea en que quien lo ordena domina todos los conocimientos y contingencias para fijar un protocolo sin fallos, como si la razón y la inteligencia del planificador no tuviera límites. De esta forma la masa rebelada, en términos de Ortega y Gasset, hábilmente manejada por el Nunca Máis de turno, cual animal con orejeras, se limitan a seguir el protocolo a conciencia del perjuicio de la libertad, de la iniciativa y de la aportación individual, en beneficio de la igualdad y de la mediocridad generalizada. Fallos y erros habrá siempre. Son propios de la acción humana de la persona libre. Los animales no pueden cometer errores porque no son libres. Cuando a la razón se le reconocen límites es cuando avanza el conocimiento porque la inteligencia crítica, con la aportación de todos, estará dispuesta a corregir los errores. Por el contrario la acción humana, bajo un sistema intervenido, “protocolizado” tiene muy poco margen de maniobra, persistiendo en los errores, que es lo que sucede cuando el protocolo se convierte en dogma. La crítica destructiva al protocolo anti-ébola que estamos padeciendo estos días en los medios de comunicación (aunque ya menos) está bastante poco justificada si tenemos en cuenta, inicialmente, que se aplicó el que recomendó la Organización Mundial de la Salud. Y que se dio en España el primer caso mundial de contagio fuera de África. Mucho menos justificada, creo yo, al enterarnos, días después, ya con la experiencia de España, que se dio un caso similar en los Estados Unidos de América. Con una significativa diferencia: allí entre los síntomas de fiebre y el aislamiento de la persona, al parecer, tardaron 90 minutos porque el paciente advirtió inmediatamente del probable origen del contagio ya que había estado cuidando enfermos de ébola. En España se aisló a Teresa Romero con varios días de retraso porque, al parecer, ésta no advirtió de los antecedentes, lo que, de ser así, fue el segundo error individual ya que el primero fue, según parece, tocar la cara con el guate contaminado. De ninguna manera pretendo otra cosa que analizar las causas de los hechos, sin criminalizar a nadie, para que impere el sentido común de la cultura occidental, que es causalista, reñida con la protesta irracional por cualquier error, lejos del dicho italiano: “Piove, porco Governo”, porque mucho me temo que el Gobierno puede hacer muy poco o nada si lleve o no. Ya dije en otra ocasión que no es posible disimular la responsabilidad individual, que es el fundamento ético de toda sociedad, y exigírsela a otros o compartirla con éstos, sean técnicos o políticos, porque es la individual, la básica, la de abajo, la primera, la que debe suplir las carencias de las otras ya que, si así no fuera, no habría progreso porque nunca habría suficientes cautelas precautorias para casos como el comentado. Mi reconocimiento y admiración por el trabajo de todos los sanitarios, incluida Teresa Romero, deseando ardientemente que salve su vida.