La auxiliar de enfermería Teresa Romero, contagiada por el virus del ébola, ha experimentado un empeoramiento en su estado de salud en las últimas horas y se encuentra en una situación «muy crítica», según ha informado el consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, Javier Rodríguez.
El estado de la paciente se ha agravado severamente a lo largo de la jornada de este jueves. El hermano de Teresa Romero ha confirmado a las puertas del centro hospitalario que los médicos han comunicado a la familia el empeoramiento del estado de salud de la auxiliar.
Posteriormente, la secretaria autonómica del Sindicato de Técnicos de Enfermería (SAE), Elvira González, ha declarado a los periodistas que la paciente «está grave, intubada y empieza a tener fallos multiorgánicos», si bien fuentes del Carlos III han negado que el empeoramiento fuera tan severo.
Teresa Romero, que atendió a los dos misioneros repatriados que finalmente fallecieron por ébola, fue ingresada el pasado martes después de que el lunes se confirmara que había contraído la enfermedad.
Aislamiento
En el hospital permanece asimismo ingresado su marido, Javier Limón, que se encuentra asintomático pero está en vigilancia por el contacto que ha mantenido con ella los últimos días.
También está Juan Manuel Parra, el médico que atendió a Teresa Romero en las urgencias del hospital de Alcorcón, que no presenta síntomas e ingresó voluntariamente ayer para someterse a observación; y la médico de familia que la asistió en un centro de salud de Alcorcón (Madrid), y que está asintomática.
Otra enfermera del equipo del Carlos III encargado de la atención de los misioneros fallecidos está ingresada pendiente de que la someta a la primera prueba del virus del ébola, al igual que otro enfermero del mismo equipo, que también aguarda para que se le practique el primer test.
A todos ellos se ha sumado esta mañana otro médico del Hospital de Alcorcón, que ha llegado sano pero que será sometido a «vigilancia activa». Por la tarde ha sido ingresado también en el centro hospitalario un sanitario del Servicio de Urgencia Médica de Madrid (SUMMA).
Fuera del hospital, medio centenar de personas están siendo sometidas al protocolo de vigilancia en su domicilio, y que consiste, fundamentalmente, en tomarse la temperatura dos veces al día.
Según ha informado a media tarde el Hospital, se ha atendido a 18 pacientes en total, algunos de los cuales se han ido de alta hospitalaria y otros se han ido a otros edificios del complejo: a La Paz y la Hospital de Cantoblanco.
En la sexta planta del Carlos III, donde está la habitación de presión negativa en la que se encuentra Romero, trabajan unos diez profesionales por turno, de los cuales tres son médicos: un intensivista y dos de medicina interna, de la unidad de enfermedades tropicales.
Protocolo
El Gobierno de la Comunidad de Madrid ha defendido los protocolos que se han seguido tanto en el tratamiento de los dos misioneros infectados por ébola como con Romero y todas las personas que han sido ingresadas para su observación.
Según Victoria, la prueba de que son correctos es que del equipo de 60 profesionales que atendió a los misioneros sólo hay un caso de contagio, y se ha producido, según ha repetido varias veces, por «un desgraciado error humano, un accidente».
También ha defendido Victoria la reconversión del Hospital Carlos III en un centro de media estancia alegando que «no tenía lógica, en un escenario de ajuste presupuestario, mantener un centro para casos aislados».