Un grupo de unos 400 inmigrantes subsaharianos ha protagonizado en la madrugada de este domingo un nuevo intento de salto masivo a la valla de Melilla, aunque ninguno ha conseguido su propósito gracias al fuerte dispositivo policial desplegado por la Guardia Civil.
Según ha informado la Delegación del Gobierno en una nota de prensa, el intento se ha producido sobre las 05.30 horas, cuando los inmigrantes han logrado superar el despliegue de las fuerzas auxiliares marroquíes tras lanzar piedras contra sus agentes.
Parte de los inmigrantes han logrado así acceder al vallado melillense por la zona próxima al paso fronterizo de Beni-Enzar, que momentáneamente quedó cerrado mientras se controlaba el intento de salto.
En torno a un centenar de inmigrantes ha conseguido encaramarse a las vallas exterior e intermedia del perímetro fronterizo, pero han sido contenidos por los agentes de la Guardia Civil, que ya habían desplegado un fuerte operativo con unidades de la Comandancia de Melilla y de la Agrupación de Reserva y Seguridad (ARS).
Los inmigrantes han permanecido encaramados en la valla en torno a una hora y media, hasta que «desisten finalmente de su actitud» sobre las 07.00 horas, y han quedado bajo custodia de las fuerzas marroquíes, según la Delegación del Gobierno.
En este nuevo intento de entrada no se han registrado heridos, si bien la institución ha destacado el auxilio que la Guardia Civil ha tenido que prestar a las fuerzas de seguridad de Marruecos, que pidieron refugiarse en la zona del entrevallado «para resguardarse de las piedras que los inmigrantes lanzaban contra ellos».
La Delegación del Gobierno ha remitido dos vídeos grabados por las cámaras de seguridad del perímetro en los que «se registra la llegada al vallado por inmigrantes, que lanzan piedras a las fuerzas de seguridad marroquíes».
El salto de hoy es el tercero que se produce en lo que va de año, tras «un intenso mes de enero» en el que prácticamente a diario se han registrado avistamientos de grupos muy numerosos, de hasta mil inmigrantes en alguna ocasión, intentando aproximarse a la frontera con Melilla.
El último intento de entrada se registró el pasado viernes, 30 de enero, cuando unos treinta inmigrantes trataron de acceder a Melilla de forma irregular por la zona de Aguadú y sólo uno lo consiguió.
La Delegación del Gobierno ha insistido en que «este modelo de inmigración, auspiciado y alentado por las mafias que trafican con seres humanos, no es admisible ni justificable bajo ningún concepto».
Además, ha pedido que no se confunda con los flujos de inmigrantes que huyendo de conflictos bélicos solicitan prácticamente a diario asilo o refugio en el puesto fronterizo de Beni-Enzar.