El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, dará libertad a los 'barones' territoriales de su partido para que entablen, con fuerzas como Podemos o Ciudadanos, los pactos que hagan posible gobernar en las comunidades y ayuntamientos tras las elecciones del 24 de mayo.
La directriz de la Ejecutiva federal abre el abanico de posibilidades para que los socialistas puedan entablar gobiernos de mayoría siempre que se respeten sus ejes programáticos, en especial sobre regeneración democrática y defensa de las políticas públicas.
Sánchez ha explicado la postura que su partido va a mantener en materia de alianzas en una conversación informal con periodistas en el autobús de campaña del PSOE de camino al mitin que ha protagonizado hoy en la localidad madrileña de Fuenlabrada.
Según el líder socialista, entablar una consigna fija sobre «pactos generales» podría condicionar las alternativas para gobernar que se puedan dar en las urnas.
Por ello, se inclina por dar margen a las distintas federaciones para que puedan llegar a acuerdos «puntuales» en función de los resultados y de las particularidades de cada territorio.
Esta postura supone autorizar acercamientos y eventuales alianzas con Ciudadanos o con Podemos, las dos fuerzas que, previsiblemente, van a ser la llave de muchos gobiernos autonómicos y locales, de acuerdo con las encuestas.
Ferraz no considera incompatible que en unos territorios el PSOE pacte con la organización de Albert Rivera y en otras, lo haga con la de Pablo Iglesias, sin descartar a otros partidos que podrían aportar también a la gobernabilidad, como IU o UPyD.
Sánchez cree que es preciso «gestionar la realidad» y asumir que el escenario que se abrirá tras el 24M ante la entrada en las instituciones de nuevos actores que obligará al diálogo y a un nueva cultura de pactos.
Esta estrategia flexible de alianzas se formalizará en el Comité Federal, el máximo órgano del PSOE entre congresos, que se convocará después del 24 de mayo.
No obstante, en la práctica ya se está desarrollando, como en el caso de Andalucía, donde la presidenta en funciones, Susana Díaz, ha determinado por sí misma su política de acercamientos, pese a que aún no ha logrado un compromiso de investidura.
Las únicas líneas rojas que el PSOE ha trazado en materia de acuerdos es que no pactará con el PP en ninguna institución, ni tampoco con Bildu en el País Vasco o Navarra mientras que la izquierda abertzale no condene lo que representó ETA.
También en Asturias, Sánchez afirmó el pasado viernes que no pactará con Foro Asturias, la fuerza que lidera Francisco Álvarez-Cascos, por representar valores parecidos a los del PP.
Aunque la última encuesta del CIS solo da la victoria al PSOE en Extremadura y Asturias, en Ferraz están convencidos de que obtendrán un resultado positivo en buena parte de las regiones y ayuntamientos que le permitirá tener opciones de gobierno con la muleta de otros partidos.
Consciente de que cada voto será decisivo, Sánchez se ha dirigido a los indecisos para hacerles ver que «lo útil» para poner fin a los gobiernos del PP en territorios como Madrid es respaldar al PSOE.
En el mitin en el parque de la Paz de Fuenlabrada, el gran bastión del PSOE en el 'cinturón sur' de Madrid, Sánchez ha afirmado que a pesar de que hay ciudadanos que siguen pensando que su partido y el PP son iguales, «no son lo mismo» porque los socialistas asumen en «primera persona» que «la ejemplaridad y la política tienen que ir dos pasos por delante de la legalidad».
En medio de un sofocante calor, el secretario general ha asegurado que al PSOE «no le valen los segundos puestos» y que lo que quiere es «ganar para gobernar».
Ha reconocido que su partido ha cometido «errores», pero que ha «aprendido» de ellos y está dispuesto a liderar gobiernos para la mayoría con «humildad».
Ante cerca de un millar de personas, el candidato socialista a la Comunidad de Madrid, Ángel Gabilondo, ha subrayado que sus condiciones para llegar a cualquier pacto son la defensa del «deber cívico, las instituciones justas y las políticas públicas»,
El exministro de Educación ha rechazado la táctica de «descalificar» porque así «será difícil buscar acuerdos», por lo que ha opinado que lo conveniente es que la persona que sea elegida «con mayoría» en la región sea alguien que tenga «alguna capacidad» de lograr consensos.