La niña de 12 años, con una enfermedad irreversible, para la que sus padres solicitan una muerte digna, no está conectada a aparato mecánico alguno para mantenerla con vida, en el Complejo Hospitalario Universitario de Santiago (CHUS) en el que se encuentra ingresada.
Es lo que han señalado fuentes de este complejo médico que han indicado que los órganos de esta paciente, tales como el corazón o los riñones, funcionan sin ningún tipo de ayuda mecánica, puesto que lo único a lo que se ha recurrido con ella es a la gastrostomía para la ingestión de agua y nutrientes.
Han explicado que esta técnica evita el sufrimiento y que esta cría no está intubada ni tiene ayuda para respirar, así como que únicamente es sedada y recibe analgésicos cuando está inquieta y los profesionales que se ocupan de sus cuidados interpretan que pueda estar teniendo dolor.
El centro ha dicho, además, que la praxis concuerda con lo indicado por el Comité de Ética, en el sentido de la limitación del esfuerzo terapéutico, al ser una situación que así lo aconseja, por lo que «no hay obstinación», tal y como aconseja la ley.
En este sentido, han puesto como ejemplo que, si hubiese que reanimar a la paciente, esto no sucedería, y si tuviese una infección aguda, tampoco sería tratada de la misma, todo ello en el ejercicio de una buena práctica clínica y de acuerdo con los principios «más estrictos» de la ética.
Indignación
Los padres de Andrea, Estela Ordóñez y Antonio Lago, se han declarado este miércoles «indignados» al informar de que cuentan para su reivindicación con un informe favorable pero no vinculante, y según ellos no atendido, del Comité de Ética de la gerencia de Santiago y han dicho que sopesan ir a la Justicia.
La madre de la pequeña, Estela Ordóñez, junto a su marido, ha comparecido ante la prensa en el Complejo Hospitalario Universitario de Compostela (CHUS) tras una reunión con los clínicos que atienden a su hija, Andrea.
Según sus propias palabras, de la reunión han salido como han entrado, puesto que les han dicho que este documento «no es vinculante» y que no se ha llegado «al punto de retirada de la vida artificial».
La madre ha contado que la niña tiene doce años pero que su apariencia es de una criatura de cuatro y que la encuentra «rendida».