El portavoz del Gobierno, Íñigo Méndez de Vigo, ha advertido a la Generalitat catalana que «no va a haber referéndum de autodeterminación», como aspiran los independentistas, y ha recomendado a su presidente, Carles Puigdemont, «no dejarse llevar por los radicales», ni actuar de forma unilateral.
Méndez de Vigo, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, ha trasladado este mensaje al Gobierno catalán ante la cumbre que se va a celebrar en el Parlament sobre la convocatoria de una consulta el próximo año.
«Referéndum de autodeterminación en España no va a haber porque va contra la Constitución, que garantiza el autogobierno de Cataluña. Más claro no se puede decir. Ahora, dialoguemos, hablemos y resolvamos los problemas de la gente», ha asegurado el portavoz del Ejecutivo.
En sintonía con la estrategia trazada por Moncloa en esta nueva etapa, Méndez ha remarcado que «el diálogo es y va a ser una constante» del Gobierno, que mantiene «la puerta abierta y la mano tendida» para «hablar con todos».
Por ello, ha emplazado al Govern y a Puigdemont a que «no se dejen llevar por los radicales» en cualquier decisión que pueda tomar, como en la cumbre sobre el plebiscito.
«Adoptar la agenda radical, como la unilateralidad, no es una buena medida», ha avisado Méndez de Vigo.
A su juicio, «la inmensa mayoría de los ciudadanos catalanes son moderados» y serán ellos los que «juzguen quienes están en la unilateralidad y no quieren dialogar y quienes están dispuesto a hacerlo», en alusión al Gobierno.
Como ejemplo del deseo de hablar con la Generalitat, Méndez de Vigo ha reiterado la oferta a Puigdemont para que asista a la Conferencias de Presidentes autonómicos del próximo 17 de enero.
«Es la voluntad y la invitación del Gobierno. Pero las invitaciones se hacen y a lo mejor no se aceptan», ha apuntado.
Méndez de Vigo también se ha referido a la decisión del Tribunal Constitucional (TC) de suspender la creación de las tres ponencias conjuntas del Parlament que elaboran las llamadas «leyes de desconexión» del proceso soberanista y de advertir de que la acción exterior de la Generalitat no puede invadir las competencias del Estado.
Ha reclamado al Gobierno catalán que «respete y acate» las decisiones de los tribunales como hace el Ejecutivo, «porque es lo que hay que hacer en un Estado de derecho».