El tenista mallorquín Rafa Nadal ha explicado este martes en un encuentro con clientes del Banco Sabadell en A Coruña que «los Impuestos» en España son «muy elevados», pero dejó claro que no dejará de residir en aquí porque en otro sitio tendría «el doble de dinero pero sería la mitad de feliz».
«A nivel de gestión de patrimonio sí que quizás sería mejor irse a otro país con condiciones más beneficiosas, pero donde soy feliz es en España, con mi familia y amigos. En otro país tendría el doble de dinero pero sería la mitad de feliz. El dinero no compra la felicidad», zanjó en un encuentro con más de mil personas en el auditorio Palexco.
Nadal aseguró que España es «un país bien colocado en el mundo» y no puede venderse «mal» al exterior y, respecto al tenis en sí, dijo que a él le «satisface mucho más un partido de cinco horas», como los que disputó en las semifinales y la final del Open de Australia, en el que fue subcampeón, que los encuentros «de una hora» que se resuelven en dos sets.
«Me gustaría (cerrar antes los partidos), pero no sé más. Este tipo de partidos largos y emocionantes son los que hacen que uno se sienta contento de haberlos jugado. Te satisface mucho más un partido de cinco horas que uno de una hora», comentó el tenista.
Todavía con el desfase horario tras haber estado un mes entero en Australia, Nadal explicó que allí disfrutó de toda la competición y recuperó sensaciones.
«Lo que más feliz me hace es que estoy compitiendo en la pista y en todos los partidos he disfrutado y jugado a un nivel muy alto, he dado un paso y hay que ir afianzándolo», comentó a preguntas que le formuló Ramón Rovira, director de comunicación y relaciones institucionales de la entidad bancaria,
El tenista reconoció que hubo «momentos» en el año 2015 en los que no disfrutó, en los que tuvo «más ansiedad» y no podía «controlar los nervios y la tensión».
«Son cosas difíciles de explicar. Habiendo ganado o perdido llegaba a la habitación y pensaba: has ganado prácticamente todo, por qué me pongo nervioso. Le dabas vueltas y al día siguiente, lo mismo. La competición te va comiendo», señaló.
Fueron días en los que no llegó a pensar en «dejar de jugar al tenis», pero sí en tener «unos meses de descanso», unas dudas que en los últimos meses parece haber resuelto.
«Mentalmente estoy con mucha ilusión, empecé el año bien, he competido contra los mejores del mundo con opciones de ganar. Si sigo trabajando de esta manera tengo la convicción de que puede ser un buen año», pronosticó.
Nadal se refirió a su derrota ante Roger Federer en la final del Open de Australia, el primer grande de la temporada, el pasado fin de semana, y aseguró que el resultado no le ha afectado negativamente, sino al contrario.
«No soy de darle muchas vueltas a las cosas ni que me quede destrozado. Terminé contento porque sé que he dado un paso muy importante», expuso.
En ese torneo, Nadal y Federer reeditaron una final que llevaba tiempo sin darse en el circuito profesional.
«Nuestra época de jugar por los torneos más importantes ha sido larga, llevábamos unos años sin poder competir el uno contra el otro y fue una experiencia bonita, más bonita para él, pero sí algo especial. Habían perdido Djokovic y Murray y la gente nos animaba en las eliminatorias, quería ver ese partido», relató.
Rafa indicó que la final «se decidió por poco» y explicó que, en su opinión, «a nivel tenístico fue más vistoso el partido de semifinales», ante el búlgaro Grigor Dimitrov.
«En la final, Federer salió con una táctica muy clara. Él estaba muy inspirado, quiso jugar muy rápido y le salió bien», admitió.
El tenista recordó la lesión que tuvo en la muñeca el año pasado en cuartos de final del torneo de Madrid y que arrastró muchos meses.
«Después seguí jugando y en Roland Garros ya no pude seguir más. Volví para los Juegos Olímpicos, pero en los dos meses previos no pude hacer nada, la muñeca no me dejaba. Quería jugar unos Juegos sí o sí y en Brasil la muñeca no se resintió, pero me apareció un edema en la otra parte de la mano por protegerla», apuntó.
En la cita de Brasil, el de Manacor se proclamó campeón olímpico en dobles junto a Marc López (quien también estuvo en el acto de A Courña) y afirmó que «la experiencia de disputar unos Juegos Olímpicos es única».
Nadal también señaló que Novak Djokovic «ha ganado cosas estos años que probablemente sea difícil de repetir» y explicó que «las nuevas generaciones» de jugadores «son mucho más agresivas, van más a cara o cruz».
El tenista español se congratuló de haber incorporado a su equipo al extenista Carlos Moyá, quien «ante todo es un buen amigo» suyo, porque le gusta «tener al lado a gente» en la que confía y a la que tiene «estimación personal».
En tono más distendido, comentó que es «un gran apasionado del fútbol» y el Real Madrid es su equipo, así que «claro» que le «gustaría ser presidente» del club blanco, aunque sea «una utopía».
Más reales son su manías, como la de colocarse el «pantalón» en cada juego, algo que no va a «solucionar», y respecto a si tiene previsto tener hijos a corto plazo, reconoció que todo llegará a su tiempo.
«Me gustaría tener una familia con niños, me encantan, pero siendo muy sincero, no es una decisión personal, no es una cosa de uno, es una cosa de dos y también por mi forma de entender la familia me costaría tener niños y estar todas las semanas viajando por el mundo», confesó.
En el evento organizado por el Sabadell también participaron Carlos Ventura, director general y director de la Banca Comercial, y Pablo Junceda, subdirector general de Sabadell y director general de la zona noroeste.