El Juzgado de lo Penal número 2 de Mérida ha decretado el ingreso en prisión de un hombre, vecino de la capital extremeña y de 54 años, condenado a 27 meses de cárcel como autor de dos delitos de maltrato animal por apedrear, delante de su hijo menor de edad, a dos perros en una nave abandonada, de los que uno de ellos murió y el otro quedó gravemente herido.
Este hombre fue condenado, por una sentencia de fecha 15 de enero de 2018, declarada firme el 21 de enero de 2019, a un total de 27 meses de prisión, 16 de ellos por el delito de maltrato animal con resultado de muerte, y 11 meses por el perro que resultó malherido.
Ahora, en un fallo dictado el 27 de mayo, el Juzgado de lo Penal número 2 de Mérida ha confirmado la ejecución de la pena de prisión para el condenado, del que destaca que en su «hoja histórico penal» le constan «otros muchos antecedentes en relación a delitos de distinta naturaleza».
Según recoge la sentencia del Juzgado de lo Penal número 2 de Mérida, los hechos ocurrieron sobre las 17,00 horas del 27 de diciembre de 2016, cuando el ahora condenado, José María C.R., vecino de Mérida, acudió a una nave abandonada situada en la avenida del Lago de la capital extremeña «con el propósito de acabar con la vida de dos perros de raza cruzada labrador retriever», y «estando acompañado en todo momento por un menor de edad».
Esta sentencia considera además hechos probados que el hombre «introdujo por la fuerza y a rastras» a los perros al interior de la nave, donde siempre en presencia del menor, «arrojó a los dos animales a un foso de unos dos metros de profundidad, y una vez dentro les apedreó, causando la muerte de uno de ellos e hiriendo al otro de gravedad».
El segundo animal pudo salvar la vida ya que los agentes de policía que acudieron al lugar trasladaron al perro malherido a una clínica veterinaria, en la que pudieron curarle de sus heridas.
Por todo ello, el juez establece que estos hechos son «legalmente constitutivos de un delito de maltrato a animal doméstico, en presencia de menores y con el resultado de muerte» en lo que se refiere al perro fallecido, y de un delito de maltrato a animal doméstico en presencia de menores tipificado sobre el perro que resultó lesionado, hechos en ambos casos recogidos por el Código Penal.
En su sentencia, el juez resalta la «crueldad del medio empleado» por el acusado para acabar con la vida del animal que fue «arrojado a un foso de dos metros de profundidad y apedreado desde las alturas sin posibilidad de refugio o defensa», y añade además que en este hombre concurre el agravante de reincidencia.
Por todo ello, el juez condena a este hombre a 16 meses de prisión por el primer delito con resultado de muerte, así como a otros 11 meses de prisión por el segundo delito en el que el perro resultó malherido.
También ha sido condenado a inhabilitación especial para el derecho de sufragio pasivo durante el tiempo de la condena y accesoria de inhabilitación especial para el ejercicio de profesión, oficio o comercio que tenga relación con los animales y para la tenencia de animales por tiempo de tres años y nueve meses en el primer delito y de dos años y nueve meses por el segundo.
La sentencia también condena a pagar 583,10 euros a la clínica veterinaria por el tratamiento del perro que pudo salvar la vida, así como al pago de las costas.
Tras la primera sentencia, el condenado recurrió ante la Audiencia Provincial, que en una sentencia del 13 de junio de 2018 desestimó la apelación y confirmó la condena.
Cabe destacar que este hombre ya había sido condenado previamente por delitos contra la flora y la fauna por sendas sentencias dictadas por el Juzgado de lo Penal nº 2 de Mérida, con fechas 13 de febrero y 16 de octubre de 2013.