Al igual que en España, en Portugal se pueden encontrar muchos pueblos que cuentan con monumentos en forma de castillos y murallas que son muy recomendables si se tiene la oportunidad de viajar al país vecino.
Gracias a estos monumentos, las zonas amuralladas y las calles conservadas al estilo tradicional, perderse y trasportarse a épocas pasadas es muy fácil, una forma de conocer otras culturas y pasar el día o un periodo vacacional en familia muy interesante.
Con una muralla medieval de piedra roja, Silves es una de las localidades situada en el Algarve que merece la pena visitar en el país vecino. Además, su castillo, sus pequeñas calles, la catedral o sus museos hacen de esta zona un lugar de mucho interés.
Óbidos es otro de los lugares con un centro histórico realmente interesante. Callejuelas con casitas decoradas con flores, rincones con encanto o sitios de atractivo cultural e histórico, todo ello, rodeado por una muralla clásica desde la que se puede disfrutar de unas bonitas vistas.
Marialva es un pequeño pueblo portugués que, aunque no llega a los 300 habitantes, merece la pena visitar los monumentos que aún conserva, como el castillo o las murallas, que están muy completas y poseen dos puertas de entradas y tres torres. En el interior aún pueden verse las ruinas de las casas antiguas, la iglesia o el cementerio.
Otro de los pueblos amurallados que se pueden visitar es Trancoso, un lugar al que se accede por las puertas do Rei y do Prado, según indica la web de Turismo en Portugal, ambas escoltadas por torreones almenados. Además, la aldea está coronada por el castillo, con la torre del homenaje y cinco torreones.
Auténticas murallas medievales son las que rodean Castelo Mendo, un pueblo que conserva también la esencia de las civilizaciones pasadas y que está a menos de una hora del anterior. Las murallas fueron reconstruidas en el siglo XII y posee seis puertas medievales.
Évora es una de las ciudades que también se recomienda visitar si se quiere disfrutar de un paseo entre los bien conservados testigos de la época medieval. Sus murallas pertenecen al siglo XIV y, en su interior, se pueden visitar iglesias, termas romanas, plazas y callejuelas que transportan a otra época.
Bragança conserva las características de un pueblo medieval y su antiguo casco histórico rodeado de murallas es una de las zonas más recomendables para visitar. Se encuentra en lo alto de una colina y, en su interior, se puede encontrar el Castillo de Bragança, con la Torre de la Princesa y la Torre del Homenaje.
Aparte de ser una de las tres conocidas como ciudades de mármol, Estremoz es una localidad rodeada por una antigua muralla. Además, tiene un castillo medieval, así como plazas y callejuelas por las que merece la pena pasear y disfrutar de un viaje al pasado.
Sesimbra es un municipio portugués donde se encuentra el castillo del mismo nombre, donde poder contemplar las murallas y, en lo alto, poder contemplar unas hermosas vistas a la costa. Dentro del recinto se pueden encontrar otros lugares de interés, como la Iglesia de Santa Maria do Castelo, del siglo XVIII, según indica la web de Turismo en Portugal.
El Castillo de Alcoutim fue construido en el siglo XVI en la localidad del mismo nombre y, en su interior, se encuentra el Núcleo Museológico de Arqueología, donde poder contemplar las ruinas de las murallas medievales del castillo, una visita muy recomendable.