La actividad física es importante independientemente del deporte que se elija practicar. Yoga, boxeo, running, natación... son muchas las opciones que tenemos hoy en día para mantenernos físicamente activos. Sin embargo, ¿pueden las disciplinas deportivas estar orientadas a mejorar o aliviar ciertos trastornos psicológicos? Aunque parezca extraño, la respuesta es sí.
Esto es lo que ha confirmado el estudio Deporte y salud mental que llevaron a cabo tanto Gympass como ifeel. Aunque todas las actividades deportivas tienen beneficios, existen algunas que están orientadas a mejorar el afrontamiento de determinados problemas como la ansiedad, el insomnio o estar transitando un duelo.
Cada vez son más las personas que practican yoga y es que la ansiedad se ha convertido en una realidad diaria para muchas de ellas. Esta práctica ayuda a controlar la respiración, fundamental para calmar la ansiedad, y contribuye a gestionar mejor las emociones. Pero, debe practicarse a diario.
La depresión afecta a más de 300 millones de personas en el mundo, según la OMS, y el boxeo puede ser una actividad fundamental. Permite segregar endorfinas, aumenta la confianza en uno mismo y la autoestima. Elementos fundamentales para afrontar con éxito este trastorno.
Cuando la ansiedad no se gestiona bien pueden producirse los ataques de pánico. Estos pueden aparecer en cualquier momento y limitar mucho la vida de las personas. Para ello, el pilates es lo mejor. Contribuye a dominar el cuerpo, aprender a concentrarse y gestionar mejor los impulsos.
El estrés, las preocupaciones, la incertidumbre... Son muchas las circunstancias que pueden provocar insomnio. Para evitarlo, no hay nada mejor que el running. Practicarlo después del trabajo es una buena opción para mejorar la circulación, relajar el cuerpo y facilitar el descanso.
Hay muchas personas tímidas o que tienen pocas habilidades sociales lo que les provoca que les cueste hacer amigos o sentirse a gusto interactuando con otras personas. Para esto hay una solución: los deportes en equipo. El fútbol o el baloncesto son algunos de ellos. Aumentan la confianza en uno mismo.
¿No sería mejor para la soledad los deportes en equipo? Según el estudio la opción adecuada es la natación. Evitar estar solo no es positivo, por lo que nadar es una excelente oportunidad para estar con uno mismo y valorar el tiempo sin distracciones (amigos, ruido, música, etc.).
Los problemas con la pareja son inevitables, pero además de apostar por una buena comunicación, los bailes de salón también pueden ser de gran ayuda. El contacto físico y la coordinación pueden mejorar la relación, además de ser algo diferente que aportará una nueva chispa a la pareja.
La baja autoestima puede tener muchas causas, pero afortunadamente el ciclo indoor puede contribuir a su mejora. «Favorece la producción de neurotransmisores relacionados con el placer», como indica el estudio, permite descansar mejor, disfrutar de buena música y tener un cuerpo tonificado.
Perder a un ser querido es muy doloroso, incluso si se está pasando por una ruptura de pareja. Para ello, el kárate es una actividad que puede ser muy sanadora. Con él se pueden descargar las emociones, centrarse en el presente, tener consciencia del cuerpo y controlar la energía.
El entrenamiento riguroso y la concentración que exige el taichi es importante para los niños con TDAH que se pueden beneficiar de esta práctica deportiva. Introducirlos en esta práctica les permitirá gestionar su impulsividad, problemas para concentrarse o la inquietud.
Aunque todos los deportes tienen sus beneficios puede que estos sean mayores si estamos pasando por un duelo, por ejemplo, y nos iniciamos en el kárate. Es posible que nos sintamos mejor y que nuestro bienestar sea mayor. Eso sí, no nos olvidemos de que en algunos casos como la depresión o ansiedad, el deporte debería combinarse con terapia psicológica.