La lucha contra la ansiedad y el estrés supone una dura batalla para quienes las padecen. Existe una larga lista de técnicas y remedios que ayudan a combatirlas, y a la que ahora es necesario añadir el 'uitwaaien', una práctica holandesa que no tiene una traducción literal al español, y cuyo significado sería «tomar una bocanada de aire fresco».
Se trata de una técnica basada en realizar actividades al aire libre en las que puedas sentir el viento sobre ti, lo que produce un efecto relajante sobre la persona. «Es algo que haces para limpiar tu mente y refrescarte. Expirar malos aires y respirar buenos (...). En general se trata de una experiencia agradable, fácil y relajante», explica Caitlin Meyer, profesora del departamento de lingüística neerlandesa en la Universidad de Ámsterdam (Países Bajos), a BBC.
La docente cuenta también que para los neerlandeses es una práctica habitual, aunque no la consideran como algo exclusivamente suyo, y puede ser algo tan simple como pasear por la playa, montar en bicicleta o pasear por un bosque.
Su origen data del siglo XVI, cuando su significado no se acercaba en lo más mínimo a lo que es hoy en día. Entonces se utilizaba para expresar el acto de ondear o agitar algo al viento, como la vela de un barco una bandera. A finales del siglo XIXI, se utilizaba también para referirse a la acción de lavar y secar las cosas al aire.
«Luego, este significado se extendió para incluir también a las personas, sobre todo aquellos enojados que necesitaban relajarse en el viento o gente incansable que quería gastar energías», asegura Meyer, que añade además que «antes se usaba como un pronombre reflexivo, por lo que el significado verbal de ahora es una innovación moderna. El lenguaje siempre fluye».
La catedrática explica también que «lingüísticamente formar verbos en neerlandés con una preposición [uit, en este caso] es bastante sencillo y eso pudo haber ayudado al origen de dicha palabra».
Los beneficios de realizar actividades al aire libre no son algo nuevo, pues un estudio realizado en 2016 por la Universidad de Exeter reveló el impacto positivo de esta práctica en la salud mental, así como en otras enfermedades como la obesidad.