Paul Alexander, el hombre que vivió más de 70 años en un pulmón de acero, ha fallecido este lunes a los 78 años. Alexander sufrió con tan solo 7 años el polio, que le provocó una parálisis desde el cuello hasta sus pies, impidiendo así cualquier tipo de movilidad. Los médicos le daban un año de vida, por ello metieron en un aparato que permitía que sus pulmones siguieran respirando.
El anuncio de su muerte lo dio Christopher Ulmer, organizador y activista por los derechos de los discapacitados, en la página de GoFundMe de Alexander.
Según explicó en un vídeo, iba a la escuela insertado en esta máquina que le permitía alargar su esperanza de vida y acabó estudiando la carrera de abogado, función que desempeñó durante 30 años. «Tengo metas y sueños de hacer más cosas antes de irme a visitar otro lugar», admitía en dicho vídeo.