Marienna Sánchez-Jáuregui se siente aliviada. Después del archivo de las diligencias por el caso de la publicidad institucional, el mal llamado caso Prensa Pitiusa, la ex alcaldesa muestra su indignación y rabia por los casi dos años que ha vivido. Han sido dos años de muchas mentiras, de editoriales obsesivos en su contra, como ella misma cuenta, y donde se ha demostrado que la alcaldesa elegida democráticamente por los ciudadanos de Vila fue víctima de un complot. De un asunto meramente administrativo se obligó a dimitir a la alcaldesa que habían elegido los ciudadanos en 2011.
Deslealtades. Marienna Sánchez-Jáuregui asume que no pudo reunir al mejor equipo para gobernar. Solo dos de los miembros de su lista le fueron leales. Los otros, como demostró este diario el pasado verano con la difusión de los whattssapps, tramaron en su contra, con la ayuda inestimable de los socialistas, EPIC y PREF. El tiempo ha demostrado que Marienna Sánchez-Jáuregui no tenía motivos para ser obligada a dimitir y que el Ayuntamiento de Vila vivió una etapa donde los políticos pensaron más en su ambición política que en el bien de los ciudadanos. Además, se dejaron llevar por la ola mediática que ejercía el Diario de Ibiza, con portadas casi a diario por un asunto que, al final, ha acabado difuminado.
Pedir disculpas. Aun hoy, y pese al auto del juez, se intenta desprestigiar la figura de Marienna Sánchez-Jáuregui. Se le puede reprochar a la alcaldesa de Vila errores administrativos de su equipo, pero de ahí a achacarle el pago de facturas irregulares, como se ha dicho, va un gran trecho. Insistir en la mentira no es el mejor camino. Durante este tiempo Sánchez-Jáuregui ha tenido que vivir bajo la sombra de un caso judicial que, como se ha visto, no tenía recorrido. Curiosamente, los que dan lecciones diarias de democracia, los que marcan lo que está bien y lo que está mal, ni siquiera han tenido la dignidad de disculparse con la alcaldesa que fue elegida por los ciudadanos. Como declara Marienna Sánchez-Jáuregui, el tiempo pone a cada uno en su sitio. Y de qué manera.