Lo mínimo que se le puede exigir a un partido político es coherencia, que actúe en sus filas igual que le exige a su rival, pero no parece que esta sea la hoja de ruta de los socialistas de Balears. El escándalo de Lloseta, donde está implicado el alcalde, Bernat Coll, y varios concejales, ha puesto de manifiesto, una vez más, la doble vara de medir del PSOE. A Bernat Coll se le dado de baja tras reconocer ante una juez que se saltaba la ley a sabiendas y que otorgó un contrato de 420.000 euros sin ningún tipo de concurso. No leían ni los informes jurídicos que hacía el secretario del Ayuntamiento de Lloseta. Un escándalo.
«No ha robado». Cuando la líder socialista, Francina Armengol, tuvo que aparecer públicamente por el escándalo de Lloseta su argumento fue el siguiente: «Coll y sus concejales no han robado», dijo. El lunes por la noche Coll asistió a una reunión interna del PSOE y, de momento, sigue como alcalde del municipio. Un dirigente socialista realizó unas declaraciones prácticamente disculpando a Coll, a quien la fiscal pide casi tres años de prisión. Siguiendo el código ético de Pedro Sánchez, en el momento en que Coll se sentó en el banquillo de los acusados ya no tendría que pertenecer al PSOE, pero esto no ocurrió.
Otro guión en Vila. En Lloseta los socialistas actúan de una manera muy diferente a la que luego exigen, por ejemplo, en Vila. Aquí, como sabrán, los socialistas exigieron la dimisión de Sánchez Jáuregui por el tema de la publicidad institucional. Pese a ser exculpada, la portavoz socialista en Vila, Lurdes Costa, insiste en que Sánchez-Jáuregui hizo bien en dimitir porque hizo un contrato irregular, algo que, como todo el mundo sabe, lo ha negado el juez. Es decir, en Lloseta el alcalde no ha robado y puede seguir en el cargo hasta que la fiscal pide casi tres años de cárcel, pero en Vila una alcaldesa del PP tiene que dimitir por meras sospechas. Como ocurre en Ibiza, en Mallorca los palmeros del PSOE no tratan el asunto con la misma contundencia que informan sobre cuestiones mucho menores que afectan al PP, pero siempre dando lecciones de independencia, claro.