El avance de resultados de la encuesta electoral realizada por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) dibuja un panorama político muy diferente en Balears después del 24-M, donde el Partido Popular se mantiene como la opción más votada pero ante los que puede ser sus peores resultados desde 1983 en unos comicios autonómicos. La debacle conservadora, que el CIS deja con quince escaños menos en el Parlament frente a los 35 actuales, hace inviable cualquier opción de pacto para mantener el poder. Las formaciones progresistas, en las que el PSIB-PSOE también acusa el desgaste, son las que –mediante alianzas– se perfilan con posibilidades de alcanzar una mayoría para conformar el futuro Govern.
Indecisos y fragmentación. Al margen del gran retroceso electoral que el CIS atribuye a la que ha sido fuerza hegemónica en la política balear desde hace hace más de tres décadas, el sondeo demoscópico –cuyo trabajo de campo se desarrolló entre los meses de marzo y abril– constata dos aspectos muy importantes y trascendentales: Una elevadísima tasa de indecisos, el 30,2%, y la enorme atomización del arco parlamentario. El primer aspecto traslada a esta campaña electoral que hoy comienza un enorme valor para decantar las mayorías después del 24-M, el segundo confirma la irrupción de nuevas fuerzas en el panorama político balear; hasta seis partidos pueden obtener una representación parlamentaria mucho más equilibrada frente a los cuatro actuales.
Incertidumbre electoral. El sondeo del CIS es el retrato del clima electoral en las Islas hace varias semanas, un apunte sobre las tendencias en la preferencia del voto de los ciudadanos. El veredicto final se dictará el próximo 24 de mayo, cuando se conozcan el reparto de votos que obtendrán las diferentes fuerzas políticas que aspiran al Govern. De lo que no cabe duda es que en pocas ocasiones se habían afrontado unos comicios de resultados tan incierto como los del 24-M.