Las reclamaciones en Can Misses se están disparando en los últimos tiempos. En concreto, el número de quejas ha aumentado en un año un 139 por ciento, un incremento que el gerente del Ibsalut en Eivissa, Josep Balanzat, atribuye a la apertura del nuevo hospital. Se trata, sin duda, de un aumento de las reclamaciones alarmante, que deja en evidencia la gestión del hospital pitiuso. Si a esto añadimos los problemas continuos con la concesionaria, la situación de Can Misses se convierte, ahora mismo, en uno de los principales problemas que tiene hoy la isla.
Demasiadas quejas. En los últimos meses se han vivido numerosos episodios que confirman que Can Misses tiene un grave problema de organización, como reconoce el propio gerente cuando asume las deficiencias que hay en urgencias. Hace unos días informábamos que se ha creado una página en internet para protestar por las esperas en el servicio de urgencia, donde algunos pacientes han llegado a denunciar demoras de hasta ocho horas, algo inasumible e inaceptable para un hospital público. La presidenta del Govern, Francina Armengol, presumía hace unos días en el Parlament que con el cambio de gobierno se había contratado a más personal en la administración, un incremento que tiene muy poco efecto en Can Misses. La consellera de Salut, Patricia Gómez, tampoco daba unas explicaciones convincentes sobre los problemas que padece el hospital de Can Misses. No da la sensación de que en Palma sean conscientes de los graves problemas del hospital ibicenco.
Más organización. Como hemos dicho, los problemas con la concesionaria son abundantes, con críticas a servicios que los sindicatos atribuyen a la falta de personal, pero la parte que corresponde al propio Ibsalut también debe mejorarse. Los ciudadanos de las Pitiüses se merecen una sanidad de primera. Y ahora Can Misses no está a la altura de las circunstancias. No queremos ni imaginarnos si el servicio de radioterapia lo gestionase la sanidad pública cómo funcionaría. Dejemos lo que funciona como está y actuemos con competencia. Hay que actuar con celeridad. Los ciudadanos se merecen algo mucho mejor.