La encuesta elaborada por el Instituto Balear de Estudios Sociales (IBES), en exclusvia para PERIODICO de IBIZA Y FORMENTERA sobre la intención de votos de los ciudadanos de Balears en los comicios del próximo domingo revela que desde el pasado mes de diciembre sí que ha cambiado la correlación de fuerzas políticas. En estos momentos, las diferencias entre las distintas opciones se han ajustado en estos últimos seis meses, una circunstancia que dejar márgenes mínimos pero que pueden provocar cambios importantes en la representación de las Islas, tanto en el Congreso de los Diputados como en el Senado.
El liderazgo y la izquierda. El Partido Popular, según el sondeo, lograría mantener el liderazgo político de Balears y conservaría sus actuales tres diputados. Sin embargo es en la izquierda donde se aventuran cambios que podrían ser trascendentales, como es la posibilidad de que la coalición de Units Podem Més (Podemos junto con Esquerra Unida y los econacionalistas de Més) arrebate al PSIB-PSOE en su favor uno de los dos diputados que logró en diciembre. El IBES cifra en apenas cinco mil votos la diferencia entre uno y otro bloque de la izquierda, circunstancia que otorga a los próximos días un carácter decisivo con respecto al desenlace final de las elecciones del 26-J en nuestra circunscripción. Sería realmente dramático para el PSOE que pudiese perder el escaño que hasta ahora ha sido para la socialista ibicenca Sofía Hernanz. Un gran jarro de agua fría para las aspiraciones socialistas pitiusas.
La llave nacionalista en Madrid. La encuesta del IBES también aporta una proyección de la intención de voto en el conjunto del Estado, un trabajo que constata un significativo avance de Podemos, que podría rebasar incluso al PSOE con una importante diferencia de escaños, pero que, al igual que ocurriría con el bloque ideológico del centro derecha –PP y Ciudadanos–, deja en manos de los nacionalistas vascos y catalanas la llave para la mayoría absoluta necesaria del candidato a presidir el Gobierno. En este sentido, este 26-J no aporta un cambio sustancial respecto al 20-D, según el sondeo demoscópico. Todo vuelve a quedar en manos de la negociación política y de la flexibilidad de los acuerdos.